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"Las empresas españolas miran para otro lado ante el consumo de alcohol de sus empleados", dice Proyecto Hombre

La barra de un bar, en una imagen de archivo.
EUROPA PRESS

El responsable de Proyecto Hombre para problemas de drogas en el ámbito laboral, David García de la Cal, se reunió hace unos meses con una federación regional de empresarios para presentar su programa de intervención sobre el consumo de alcohol en empresas. La respuesta que obtuvo fue una negación rotunda de que existiera tal problemática.

Las reticencias continuaron incluso después de explicarles que el 73% de las personas que acceden a tratamiento en Proyecto Hombre tiene un empleo a jornada completa; que una de cada cuatro víctimas de accidentes laborales se relacionan con el consumo de alcohol y drogas; o que los trabajadores con problemas de alcohol pierden por absentismo 45 días de trabajo al año.

"Las mayoría de las empresas mira para otro lado sobre el consumo de alcohol de sus empleados y tiene miedo de hablar del tema con ellos. Tomar alcohol a diario en almuerzos o comidas de trabajo está tan normalizado que apenas se percibe como un problema", ha asegurado De la Cal en la presentación de la campaña de prevención en empresas, que en el plazo de dos años ha conseguido llegar tan solo a 62 empresas.

"Nos topamos con muchos obstáculos, a pesar de que demostramos que las entidades cuyos recursos humanos favorecen la intervención temprana reducen el absentismo —que hay trabajadores que consumen tanto el fin de semana que el lunes no pueden acudir a trabajar— rebajan la siniestralidad y mejoran el clima laboral, así como la productividad y la imagen", ha explicado De la Cal.

Uno de cada cinco obreros de la construcción bebe a diario

La última encuesta oficial sobre el consumo de alcohol y drogas en España fue publicada en 2015, y descubrió que el 10% de los trabajadores consume bebidas alcohólcias a diario. Principalmente los empleados del sector de la construcción (19,4%), de la agricultura (13,5%), en Industria (11,6%) y la hostelería (11,3%).

En la construcción, los hombres que trabajan pasando frío y tienen largos desplazamientos tenían más predisposición a la bebida. Por su parte, el consumo de ansiolíticos era mucho mayor entre las mujeres en el sector administrativo, e insatisfechas con sus superiores. Mientras tanto, el consumo de cocaína estaba más extendido en hombres menores de 44 años, de los sectores artes, hostelería y construcción.

"La problemática del consumo de alcohol y otras drogas no responde a una causa única sino que es multidimensional", ha recordado el presidente de Proyecto Hombre, Luis Bononato. "Hay factores relacionados con la propia persona (tolerancia a la frustración, estado de ánimo, conflictos), pero también hay elementos relativos a las condiciones de trabajo (estrés, carga de trabajo, turnicidad, nocturnidad y precariedad laboral)".

Los planes que Proyecto Hombre propone a las empresas consisten en analizar la situación, acciones de sensibilización como charlas o cartelería por un modo de vida saludable, formación a mandos intermedios para detectar consumos problemáticos, derivación a tratamiento a los empleados que lo precisen, y el acompañamiento en la reincorporación del trabajadores al puesto de trabajo después de su deshabituación.

La asociación considera que debería de haber "tolerancia cero" al consumo de alcohol en el puesto de trabajo. "Cualquier consumo, aunque sea puntual, en el ámbito laboral puede tener consecuencias importantes no solo para el consumidor, sino para todos los que le rodean".

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