'Moonwater', el refresco asturiano embotellado sólo en días de luna llena

El refresco embotellado con luna llena
El refresco embotellado con luna llena
Moonwater
El refresco embotellado con luna llena

"Esta nueva bebida refrescante es una filosofía de vida, un elixir, pura energía". Así se presentaba hace unos meses Moonwater, un nuevo refresco a base de agua carbonatada, lima limón y jengibre. Hasta ahí, más de lo mismo, porque ni el sabor ni las promesas sobre lo saludable que es gracias a sus cero calorías y azúcar -ejem, ¿los edulcorantes no cuentan?- son nada nuevo a estas alturas.

Sin embargo, esta bebida elaborada en Asturias llega con un argumento muy especial que, incluso meses después de su lanzamiento, nos ha obligado a rescatarla para dedicarle un especio destacado en nuestro particular altar a los genios del marketing. Y es que, atención, estamos ante "el primer refresco del mundo embotellado exclusivamente en luna llena".

Una jugada maestra que lleva eso del biodinamismo del mundo del vino al negocio de los refrescos. Y si en enología son muchos los que ya cuestionan el influjo de la luna en la calidad final de un vino, no hace falta ni decir que embotellar un refresco con luna llena o con Marte alineado con el cuarto anillo de Saturno en año bisiesto tampoco es algo que se vaya a notar.

Más allá de los muchos chistes y preguntas que surgen ante la idea de estos emprendedores asturianos -¿habrá una empresa que se dedique a certificar que efectivamente sólo se embotellan con luna llena?- este refresco se vende en latas de 250 mililitros a 1,20 euros la unidad, y se propone consumirlo tanto sólo combinado con bebidas alcohólicas.

Llegar a la luna

Agua mineral asturiana, un discurso lleno de referencias al espacio y la luna, y un potente ejercicio de marketing en un sector en el que, en realidad, eso es lo único que cuenta para intentar hacerse un hueco entre los gigantes de siempre.

De momento, sus creadores (Nacho Alonso, Pablo Tresguerres, Daniel Fernández e Ismael Sánchez) apuntaban bien alto en el momento del lanzamiento -nunca mejor dicho- porque los planes eran producir entre 10.000 y 300.000 latas en cada luna llena. ¿El objetivo? Llegar a vender más de 2,8 millones de latas, que son las que harían falta colocadas una tras otra para llegar a la luna.

Sí, posiblemente estamos ante otro refresco demasiado dulce y con sabor similar a otros muchos, pero hay que reconocer que estos cuatro 'lunáticos' le han echado bastante morro al asunto para, al menos, intentar venderlo de forma diferente.

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