Vestidos de riguroso negro como los concertistas profesionales pero equipados con instrumentos muy distintos a los tradicionales. Así se presentaron ayer ante el público cincuenta estudiantes de música de la Universidad de York (Inglaterra) para participar en la primera actuación de la orquesta de portátiles del centro educativo.
Los intérpretes siguieron atentos los gestos de Ambrose Field, que desde el podio de director les indicaba cuántas veces hacer clic con el ratón de sus respectivos ordenadores.
En ocasiones, los intérpretes hacían gestos con las manos que, filmados por unas cámaras incorporadas a los portátiles, se convertían en sonidos debidamente amplificados.
En una de las tres composiciones escritas especialmente para ese concierto, los ordenadores hicieron de contrapunto a un trompetista de jazz.
Aunque una de las piezas, compuestas por el propio Field y dos estudiantes graduados, era una improvisación, el resto se ajustaba al pentagrama tradicional. La obra de Field, titulada "1906", combinaba una película antigua de Thomas Edison con sonidos nuevos generados por ordenador.
Según comentó el director, "existía el peligro de que pareciésemos una cincuentena de personas escribiendo correos electrónicos al mismo tiempo, pero creo que logramos evitarlo".
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