Róterdam, la ciudad que se reinventó tras la destrucción nazi

  • El 14 de mayo se cumplirán 76 años de los bombardeos del Ejército nazi alemán, que dejaron a más de 80.000 personas sin hogar.
  • Su puerto es el más importante de Europa y está entre los primeros del mundo.
  • Las casas cubo, el puente de Erasmo, la estación central de trenes o el moderno mercado Markthal Rotterdam son algunos de sus atractivos turísticos.
Estación Central de Róterdam
Estación Central de Róterdam
Turismo de Holanda
Estación Central de Róterdam

Ninguna urbe se mantiene completamente inalterable con el paso del tiempo. Sin embargo, Róterdam y sus gentes han interiorizado la necesidad de renovarse de forma constante hasta tal punto que se ha convertido en toda una filosofía o idiosincrasia urbanística en esta ciudad de los Países Bajos.

De hecho, esta ciudad, en la que se prodigan y se celebran las nuevas construcciones, se considera la capital de la arquitectura de los Países Bajos. Esta premisa cobra un sentido especial al poner el foco en su historia reciente.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Róterdam fue literalmente arrasada por los nazis. Ante el estupor y la desolación que causó la invasión germánica, el Gobierno neerlandés decidió rendirse, con la esperanza de que otras ciudades del país no corrieran la misma suerte.

El próximo 14 de mayo se cumplirán 76 años de los bombardeos que dejaron a más de 80.000 personas sin hogar.

Pocos edificios históricos, entre los que destaca el ayuntamiento, sobrevivieron al brutal ataque. La iglesia de San Lorenzo (1449) fue la única construcción medieval que se ha conservado hasta nuestros días.

En la segunda mitad del siglo XVI abandonó su carácter católico inicial y abrazó el protestantismo, por lo que se retiraron los altares y las estatuas.

Aunque quedó muy dañada por los nazis, hasta lucir su estado actual se ha sometido a distintas fases de reconstrucción y restauración desde la década de los 50 –la última intervención concluía en 2011–.

Junto a esta iglesia, la principal de la ciudad, se erige la estatua de Erasmo de Róterdam, datada de 1622, que recuerda y homenajea al famoso humanista, teólogo y filósofo neerlandés del siglo XVI.

Una de las viviendas particulares que logró salvarse de la guerra es la de la familia Sonneveld, hoy convertida en casa-museo.

Albertus Sonneveld fue uno de los directores de la fábrica de té, café y tabaco Van Nelle, gracias a la que amasó una pequeña fortuna, y en 1929 encargó una vivienda unifamiliar en la que los Sonneveld apenas residirían 4 años, ya que en 1933 se mudarían a una nueva casa en Jongkindstraat –donde se encuentra actualmente la casa-museo–.

Se trata de una muestra notable del modernismo neerlandés o Nieuwe Bouwen, que refleja cómo las nuevas tendencias arquitectónicas fueron adoptadas por la influyente clase media alta.

La historia de la vivienda está rodeada de anécdotas. Se dice que cuando la familia Sonneveld llegó a la nueva casa no llevó consigo ninguna pertenencia anterior. También se puede ver la instalación de aparatos de uso doméstico inexistentes en la mayoría de viviendas de la época, así como un mobiliario y una distribución de vanguardia.

Con motivo de la Semana del Arte de Róterdam, celebrada el pasado mes de febrero, se están suceciendo distintas instalaciones temporales en la azotea de la casa.

Una de las más llamativas es la del arquitecto mexicano Santiago Borja, que contruyó un observatorio para ver las estrellas, combinando la arquitectura tradicional con el esoterismo. La casa-museo Sonneveld se encuentra a escasos metros del NAI –Instituto Holandés de Arquitectura–, en cuyo museo se puede comprobar la magnitud de la arquitectura contemporánea en la ciudad.

La fábrica Van Nelle, para la que trabajó Albertus Sonneveld, está protegida por la UNESCO como un "icono del modernismo holandés" desde el año 2014.

Cuando fue construida en 1920 se concibió como un edificio que conjugara la luz, el espacio y la ventilación. Actualmente, la fábrica es un centro vivo y dinámico de actividad empresarial y en su antiguo tostadero de café se celebran destacados eventos.

El resurgimiento de las cenizas

De la misma tragedia bélica surgió la oportunidad de crear una ciudad moderna y orientada hacia el futuro. Salvo contadas edificaciones, tras el bombardeo y el posterior incendio se optó por la demolición total del centro, en lugar de tratar reconstruirlo.

A partir de un lienzo prácticamente en blanco, la ciudad buscó corregir su viejo trazado urbano, cuya remodelación hubiera sido excesivamente radical de no haberse producido el ataque de las fuerzas aéreas del III Reich.

La estética de Róterdam, debido a sus avatares históricos, es sustancialmente diferente a la de otras ciudades de los Países Bajos.

Marco Berm, coordinador de proyectos de Woonstand Rotterdam, asegura que "es una ciudad en constante crecimiento" como se puede observar "en cada esquina de la ciudad".

Este hombre, enamorado de su ciudad, enfatiza que Róterdam "nunca duerme", lo que es aplicable tanto a sus constantes transformaciones como a su animado ambiente diurno y nocturno en bares, restaurantes y comercios de toda índole.

Uno de los referentes turísticos de Róterdam son las casas cubo o casas cúbicas, diseñadas en la década de los 80 por Piet Blom.

Además de sus colores –amarillo y blanco–, este "bosque de viviendas" llama poderosamente la atención por su inclinación de 45 grados. La mayoría de ellas son viviendas en uso, aunque es posible visitar una por dentro para comprobar cómo se vive en una casa inclinada.

Al lado de las casas cubo se alza otro emblemático edificio de viviendas con forma de lápiz y caminando unos cuantos pasos llegamos hasta la Casa Blanca de Róterdam (1897), de estilo art nouveau, que fue el primer rascacielos de Europa.

En él se instaló uno de los primeros ascensores de la ciudad. Dos modernas construcciones llamarán la atención del visitante en el centro urbano: la estación central de tren y el Markthal Rotterdam.

Antes de la II Guerra Mundial, Róderdam no disponía de una estación de tren central, sino de cuatro estaciones que rodeaban el centro de la ciudad. La llamada Rotterdam centraal se inauguró en 2014 y sustituye a la estación levantada a finales de los 50 –demolida en 2008 para la construcción de la actual infraestructura–.

Al pasear por los alrededores de la estación, se puede contemplar numerosas muestras de edificios de arquitectura vanguardista. Por lo que respecta al Markthal Rotterdam (2014) es el mayor mercado cubierto de los Países Bajos.

Combina la actividad comercial propia de un mercado con la empresarial e incluso con la residencial. La concepción interior del Markthal Rotterdam es muy española, en tanto que pretende fusionar la venta de productos frescos con una experiencia gastronómica muy diversa y peculiar.

Por debajo del nivel del mar

Otra de las singularidades de la ciudad es su relación con el agua. Los 206 kilómetros cuadrados de tierra de Róterdam están rodeados por otros 114 de agua.

Buena parte de la urbe se encuentra por debajo del nivel del mar, protegida por enormes diques. Asimismo, el río Nieuwe Maas atraviesa la ciudad de sur a norte y desemboca en el Mar del Norte.

Róterdam está conectada por varios túneles –como el el Beneluxtunnel o el Maastunnel–, además de por puentes tan emblemáticos como el Erasmusbrug (1996), en cuyo vano sur se encuentra el puente vasculante más grande de Europa occidental.

Pero el mayor exponente de la vinculación de Róterdam con el agua es su imponente puerto, el Europoort.

Es el puerto más importante del viejo continente y se encuentra entre los primeros del mundo. Con sus 40 kilómetros de longitud y un cruce de canales estratégico, es posible llegar a otras ciudades europeas desde el puerto de Róterdam.

No te puedes perder...

  • Holanda es sinónimo de bicicletas. Alquílate una y descubre la ciudad en dos ruedas o contrata alguno de los tours guiados.
  • Visita los museos de Boymans Van Beuningen –con obras de Van Eyck, Tintoretto, Pieter Brueghel el Viejo o Dalí, entre otros pintores– y el Kunsthal Rotterdam.
  • Súbete a la torre Euromast en uno de sus ascensores ultrarrápidos.
  • Móntate en el anfibús que te permitirá contemplar el skyline de Róterdam, introduciéndote en el río Maas desde las calles de la ciudad.
  • Si te gustan los tulipanes –característicos de los Países Bajos– y las flores en general, tienes que visitar el parque Keukenhof en primavera, a unos 25 Km de Róterdam. Es el parque floral más grande del mundo, con sus más de 7 millones de bulbos en flor.
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