El deporte de ser justa
Su idilio con el fútbol comenzó con 14 años. Vivía en Humilladero, su pueblo, y quería entrenar en un equipo local. Pero a su edad ya no la dejaban jugar con chicos.
«¿Por qué no te haces árbitro?», le propusieron. Y ella se atrevió, desoyendo los consejos de todos. «A mi padre no le hizo ninguna gracia. Me acompañaba a todos los partidos para protegerme». Al final está orgulloso de ella. Nazareth pita en Primera Regional mientras estudia periodismo y trabaja en la publicación Semana Deportiva.
Ahora está preparando una campaña con el Colegio de Árbitros para animar a otras chicas a que se presenten a los exámenes de acceso. Para aprender no sólo sobre fútbol, sino sobre la naturaleza humana y sobre ellas mismas.
«A las mujeres nos insultan mucho, pero para llegar a las manos se cortan más que con los hombres, aunque ha habido agresiones tremendas. Además, a fuerza de aguantar, te vas haciendo más paciente, más objetiva, más justa», agrega.
Nazareth forra su carpeta de estudiante con recortes de prensa sobre hazañas deportivas de mujeres y rechaza la subcultura de violencia y dinero del mundo del fútbol, que aspira a mostrar algún día a su manera como periodista deportiva. Tal vez en su pluma lo importante vuelva a ser el juego.