20 maneras de aliviarnos de una picadura

  • Tras sufrir una picadura de medusa, lo más importante es no aplicar agua dulce en la herida
  • Habrá que retirar con cuidado de la piel posibles restos de tentáculo
  • Si se ve, conviene fijarse en la medusa para describírsela al socorrista porque cada una tiene su particular "antídoto"
La picadura de las 'carabelas portuguesas' son de las más graves.
La picadura de las 'carabelas portuguesas' son de las más graves.
AGENCIAS
La picadura de las 'carabelas portuguesas' son de las más graves.

No es una descarga eléctrica, aunque lo parece. Tampoco una mordedura de piraña, por supuesto que no. Ni una picadura de abeja, que no saben bucear. Ni siquiera nos hemos quemado con una colilla, que estaría apagada en el agua... Si notamos una sensación parecida a éstas en el agua del mar, lo más probable es que hayamos tocado un filamento de medusa...Ahí van 20 pasos que conviene seguir si tenemos esa mala suerte.

Gritar. La primera reacción será inevitable. Un fuerte "¡Uuuuy!" nos ayudará a desahogarnos y a llamar la atención del resto de bañistas.

Fijarse en la medusa. Parece absurdo intentar identificar la medusa que nos ha picado, pero cualquier pista puede ayudar a los sanitarios a escoger un tratamiento. El color, la forma, el tamaño... todo puede ayudar.

Hay medusas cuyas picaduras se tratan con unos productos precisos y, si conseguimos describir al animal, los socorristas pueden llegar a individualizarla y darte el antídoto.

Claro que es muy difícil ver a la medusa. Algunas tienen los tentáculos tan largos que te "pican" a metros de distancia...

Quitar los restos. Intentaremos quitar los posibles restos de tentáculo que hayan podido quedarse enganchados en la piel.

Lo ideal sería hacerlo dentro del agua, porque si se seca el filamento pueden estallar células no activadas. Si se pudiera hacer con unas pinzas o algún palito, mejor, porque las células siguen siendo urticantes aún después de muerta la medusa.

Síntomas. Primero
sentiremos dolor y justo después, escozor en la zona que ha contactado con los cnidocistos de la medusa.

En función de la medusa, pueden producirse unos trastornos que van desde la los mareos hasta pequeñas hemorragias, pasando por dolor de cabeza, náuseas, vómitos y fiebre.

Llamar o acudir al puesto de socorro. Es lo ideal. Pero no todas las playas cuentan con una enfermería.

Salir del agua. Una vez hayamos quitado posibles restos de filamentos, salimos del agua.

Aplicar frío. Tendremos que aplicar frío a la herida. Lo ideal sería hielo envuelto en una bolsa de plástico (¡nunca directamente sobre la herida!), durante unos 15 minutos.

Nunca agua dulce. Hay que evitar el contacto del agua dulce con la zona afectada. El cambio brusco de salinidad en la herida podría activar células urticantes que aún no se hubiesen disparado.

Repetir la aplicación de frío. Si el dolor no se ha calmado al cabo de un cuarto de hora, volveremos a aplicarnos hielo, siempre envuelto en plástico.

No rascarse. A pesar de posibles picores, no conviene rascarse la zona afectada.

No frotarse. No debemos frotarnos la herida ni con la toalla, ni con ninguna otra prenda, ni con arena de la playa. Sólo con frío y agua de mar, en principio.

Lavado profundo. Tras los primeros auxilios, habrá que lavar la herida con tintura de yodo o con alguna crema antihistamínica para evitar posteriores infecciones.

Cuidar la herida. No habrá que abandonar la cura de la herida hasta que cicatrice.

¡Ojo con una segunda picadura! En caso de ser víctima de los cnidocistos, habrá que poner especial cuidado en no volver a tropezar con la misma piedra el resto del verano: las consecuencias en caso de una segunda picadura pueden ser mucho peores porque el cuerpo ha quedado sensibilizado.

¡... y si se es alérgico! SI somos alérgicos a alguna sustancia que pueda tener la medusa, el dolor también será más intenso.

Remedios caseros y tradicionales. Desde untarse con vinagre hasta hacerlo con orina. Tradicionalmente se ha aliviado el escozor como buenamente se podía...

‘Phisalia phisalis'. No es una medusa sino un
sifonóforo, conocido también como
carabela portuguesa. Su picadura es de las más graves y su tratamiento más adecuado son los baños de vinagre.

‘Pelagia noctiluca'. Es la medusa violeta, la más común en nuestras playas. El mejor remedio contra sus picaduras es utilizar una solución de sulfato magnésico.

Chrysaora hysoscella. Para ésta, la medusa parda, lo mejor será aplicar una solución acuosa concentrada de bicarbonato sódico.

Otras menos peligrosas. También son comunes en España la Rhizostoma pulmo (aguamar) y la Cotylorhiza tuberculata (huevo frito), pero son mucho menos peligrosas.

Repelente de medusas. El laboratorio Isdin ha inventado un producto que actúa como repelente. Lo presentó en junio en el Oceanogràfic y todo el que quiso lo probó. De hecho, varios valientes metieron la mano en una pecera con medusas y salieron ilesos.

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