Navarra

Varios millones de visitantes contemplarán en la National Gallery de Londres el retrato del Marqués de San Adrián

Traslado del cuadro de Goya.
EP/GOBIERNO DE NAVARRA

El retrato del Marqués de San Adrián, propiedad del Museo de Navarra, cuelga ya junto a otros 69 retratos de Francisco de Goya en la National Gallery de Londres.

Viajó hasta allí en una caja especial, ignífuga y no deformable, y en un vehículo dotado de especiales condiciones de iluminación, aislamiento térmico, sistemas de control de la humedad y suspensión neumática.

Además, ha informado el Gobierno foral, el retrato iba secretamente escoltado por efectivos de los cuerpos de seguridad del Estado, con absoluta confidencialidad sobre la ruta hasta Londres. Hoy, luce colgado, muy próximo al retrato de los Duques de Osuna y sus hijos, en una sala de este centro que recibe cerca de seis millones de visitantes al año.

El retrato del Marqués de San Adrián describe con enorme eficiencia la personalidad del marqués, hombre muy ilustrado, mecenas de Leandro Fernández de Moratín e intimo de Goya. En este retrato se puede ver a un hombre de porte elegante, altanero, y a un tiempo simpático, como se aprecia en la acentuada expresividad del rostro; destaca, además, la belleza cromática, las calidades de las prendas (el terciopelo amarillo del pantalón tiene una cualidad casi táctil) y la lograda composición.

El cuadro que aporta Navarra está considerado uno de los retratos de cuerpo entero más extraordinarios que realizó el pintor. Se trata de un óleo sobre lienzo de 232,3 x 149,5 centímetros, realizado por Goya en 1804.

Colecciones públicas y privadas

Un tercio de la producción artística de Goya está compuesto por retratos, de los cuales aún se conservan más de 150 ejemplares. Sin embargo, nunca se había dedicado una exposición exclusivamente a la obra de Goya como retratista, una ausencia que remedia ahora la National Gallery de Londres al acoger una exhibición con casi la mitad de los retratos realizados por el artista.

La muestra Goya: The Portraits sigue la trayectoria del artista desde sus inicios en la corte madrileña hasta su nombramiento como pintor de cámara del rey Carlos IV y retratista preferido de la aristocracia española, realizando un recorrido por el difícil periodo transcurrido durante el reinado de José Bonaparte y la ascensión al trono de Fernando VII, para acabar con sus últimos trabajos durante su autoexilio en Francia.

Esta exposición lleva a Trafalgar Square aproximadamente 70 de los retratos más notables de Goya, pertenecientes a colecciones públicas y privadas de todo el mundo, entre ellas, algunas cedidas en contadas ocasiones y otras nunca exhibidas al público todavía por haber permanecido en manos de los descendientes de los propios modelos.

La muestra permite observar la variedad de técnicas que utilizaba Goya para sus retratos -desde óleos a tamaño natural hasta miniaturas sobre cobre o dibujos en tiza negra y roja- y adentrarse, por vez primera, en el progreso técnico, estilístico y psicológico del Goya retratista.

Las obras han llegado a la National Gallery procedentes de colaboradores privados e institucionales de São Paulo, Nueva York, España, México o Estocolmo. En concreto, el Museo del Prado de Madrid participa en la muestra con diez retratos.

Una de las obras cumbre de Goya es el icónico retrato La duquesa de Alba (perteneciente a la Hispanic Society of America, Nueva York), que ha salido de Estados Unidos por segunda vez y entrado en Gran Bretaña por primera vez. En él, se muestra a la duquesa, íntima amiga y mecenas de Goya, vestida de maja, señalando con altanería hacia el suelo, donde se han grabado las palabras 'Solo Goya'.

Destaca también la presencia de otros mecenas que ayudaron al pintor en su trayectoria ascendente que le lleva a convertirse en pintor de cámara, tal como lo había hecho Velázquez más de 150 años antes; entre estos mecenas se encuentran, el retrato de El conde de Floridablanca (Banco de España, Madrid) y Los duques de Osuna y sus hijos (Museo Nacional del Prado, Madrid).

Participa, además, de la muestra el monumental retrato colectivo 'La familia del infante don Luis de Borbón' (Magnani Rocca Foundation, Parma) junto con otros que realizó de la familia del infante cuando vivían exiliados de la corte española.

Otras obras presentes son el retrato de Don Valentín Bellvís de Moncada y Pizarro (Fondo Cultural Villar Mir, Madrid), un cuadro inédito que hasta ahora nunca se ha mostrado en público, y el de La condesa-duquesa de Benavente (de una colección privada española) que muy rara vez se expone. Además, el retrato del secretario de Estado Francisco de Saavedra (Courtauld Gallery, Londres) se enseña por primera vez desde hace más de 50 años, junto al de su amigo y también ministro, Gaspar Melchor de Jovellanos (Museo del Prado, Madrid).

Cuelgan, asimismo, en la National, el retrato de María Ignacia Álvarez de Toledo, condesa de Altamira, y su hija María Agustina, cuadro que nunca había salido de la colección Lehman del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, y que se reunirá en esta muestra con el de su esposo El conde de Altamira (Banco de España, Madrid) y el de su hijo Manuel Osorio Manrique de Zúñiga (The Metropolitan Museum of Art, Nueva York), a quien se retrata con exquisitos ropajes rojos a la moda del momento, jugando con una urraca domesticada que lleva en el pico la tarjeta de visita de Goya.

Sin duda, era en sus retratos aristocráticos donde Goya conseguía combinar con mayor acierto su perspicaz capacidad de observación y su técnica depurada; en ellos condensaba diversos aspectos de la personalidad de sus modelos, en una mirada o gesto sutil que casi nunca los favorecía, ha expuesto el Gobierno foral en un comunicado.

En Carlos III en traje de cazador (Colección Duquesa del Arco, Madrid), el rey está representado de pie, en una pose inspirada directamente de los retratos de caza que ejecutó Velázquez de la familia real española del siglo anterior. Sin embargo, el informal retrato de este rostro curtido, surcado por profundas arrugas y gesto irónico, es exclusivo de Goya, revelando con claridad la personalidad del rey: cultivado, amante de la naturaleza y de su gente, a quien le gustaba que le llamaran 'Carlos antes que rey'.

De igual modo, en el retrato de Fernando VII (Museo del Prado, Madrid) se puede apreciar la desconfianza de Goya hacia este altivo monarca que abolió la Constitución liberal de Cádiz y reinstauró la Inquisición.

En contraposición a la formalidad de sus retratos de la realeza, la muestra incluye también otras obras más personales de Goya, entre ellas varios autorretratos con diferentes técnicas, así como representaciones de sus familiares y amigos: su mujer, Josefa Bayeu (Colección Abelló, Madrid); su hijo, Javier Goya (Metropolitan Museum of Art, colección privada; Museo de Bellas Artes, Zaragoza); y su mejor amigo, Martín Zapater (Museo de Bellas Artes de Bilbao), con quien mantuvo una larga relación epistolar. La antología se cierra con la obra postrera del artista: un retrato de su único nieto, Mariano Goya (Meadows Museum, SMU, Dallas), que pintó meses antes de morir, un 16 de abril de 1828.

Como ha afirmado el director de la National Gallery, Gabriele Finaldi: "Esta exposición constituye la visión de conjunto más completa de los retratos de uno de los pintores más profundos y mordaces de la historia del arte. La mirada de Goya atraviesa el aspecto exterior para revelar la flaqueza y fortaleza de los hombres, su insensatez y su sabiduría".

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