Ébola: un año y 10.000 muertes después la epidemia sigue sin estar controlada

  • El nivel de infecciones se sitúa en cien casos por semana frente a los más de mil que se registraban entre noviembre y diciembre de 2014.
  • Médicos del Mundo denuncia la falta de recursos para la prevención.
  • La "europeización" del brote ha puesto de manifiesto que la supervivencia es proporcional a las posibilidades de recibir una atención sanitaria de calidad.
Una mujer llora en la tumba de su hermano, fallecido por el ébola en el cementerio de Disco en Margibi Liberia, durante el día nacional de recuerdo a las víctimas del ébola.
Una mujer llora en la tumba de su hermano, fallecido por el ébola en el cementerio de Disco en Margibi Liberia, durante el día nacional de recuerdo a las víctimas del ébola.
Ahmed Jallanzo / EFE
Una mujer llora en la tumba de su hermano, fallecido por el ébola en el cementerio de Disco en Margibi Liberia, durante el día nacional de recuerdo a las víctimas del ébola.

Este lunes 23 de marzo se cumple un año desde que la comunidad internacional reconociera la existencia de un brote de ébola en África, una epidemia que se ha cobrado la vida de al menos 10.000 personas y que, según Médicos del Mundo, sigue sin estar controlada.

Pese a que el nivel de infecciones ha bajado considerablemente y se sitúa en los cien casos por semana frente a los más de mil que se registraban entre noviembre y diciembre de 2014, el vocal de operaciones internacionales de Médicos del Mundo, José Félix Hoyo, asegura que aún queda mucho por hacer. "Las cifras son similares a las de agosto del año pasado", advierte Hoyo en un comunicado en el que alerta de que "bajar la guardia ahora podría implicar un repunte a cifras similares a las que se llegaron a finales del 2014".

Así, Médicos del Mundo cree oportuno que, un año después y "con la luz al final del túnel" se estudien los determinantes de la epidemia de ébola en el pasado para poder corregirlos en el futuro y evitar que esto vuelva a ocurrir. En este sentido, esta organización ha denunciado la lentitud de reacción de la comunidad internacional y la falta de recursos para adoptar medidas adecuadas de prevención en las fases iniciales de baja incidencia "que podrían haber evitado la rápida expansión del brote".

Lamentan también la "europeización" del brote con los primeros casos de infección fuera de las fronteras africanas que ha puesto de manifiesto que la supervivencia es directamente proporcional al estado de salud previo de los pacientes y a las posibilidades de recibir una atención sanitaria de calidad.

Médicos del Mundo ha alertado, además, de que la epidemia ha detenido el progreso de los países más afectados por el virus y ha subrayado la urgencia de dar una respuesta adecuada y conjunta entre los países afectados y la comunidad internacional para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, la lucha contra la desigualdad, el derecho a la salud y la cobertura sanitaria universal.

También desde Acción contra el Hambre han alertado de la crisis económica causada por la reducción de los ingresos a nivel nacional e individual y que se verá acentuada por los efectos de las cuarentenas y las restricciones a la movilidad derivadas de la enfermedad. Sólo en Guinea, la economía se ha ralentizado un 75% en el medio urbano y un 68% en el medio rural y se estima que en el último año habrá una bajada de la producción alimentaria de alrededor de 130.000 toneladas.

Además, la población ha comenzado a adoptar mecanismos drásticos de supervivencia como la reducción de dos a una en el número de raciones diarias de comida. A esto hay que añadir que el sistema de salud del país está colapsado por la enfermedad, con un personal sanitario exhausto tras un año de epidemia y centros de salud convertidos en lugares que muchos evitan por miedo al contagio, lo que provoca el aumento de la prevalencia de otras enfermedades relacionadas con la desnutrición, explica José Manuel Madrazo, uno de los técnicos de nutrición de Acción contra el Hambre.

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