Andar descalzo por casa es bueno para los pies, según los podólogos

  • Es beneficioso especialmente en invierno y siempre y cuando se camine por una superficie limpia y no haya alteraciones estructurales.
  • Hay que evitar los cambios drásticos de temperatura: si tenemos los pies helados, no hay que ponerlos encima de la calefacción.
  • Las 'katiuskas' deben usarse sólo en días de lluvia porque el sudor moja el pie.
Imagen de archivo de unos pies.
Imagen de archivo de unos pies.
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Imagen de archivo de unos pies.

Caminar descalzo por casa puede apetecer en verano, pero pese a ello se suele imponer el calzado por ligero que sea. Sin embargo, andar descalzo en casa es saludable para nuestros pies; eso sí, en invierno. Lo asegura el Colegio Oficial de Podólogos del País Vasco.

Leire Unanue, vocal de este colegio, asegura que caminar descalzo cuando se llega a casa, especialmente en invierno y siempre y cuando se camine por una superficie limpia y no haya alteraciones estructurales que necesiten estabilizarse con tratamientos ortopédicos o similares.

"Durante la temporada estival usamos un calzado que no estabiliza el pie y el gasto energético de la musculatura es mayor porque en muchas ocasiones el pie es el encargado de sujetar el zapato y no al revés. Esto genera sobrecargas y distintas lesiones, que después se verán reflejadas al retomar el calzado de invierno", explica Unanue.

Por ello, prosigue, es necesario conocer la morfología del pie y vestirlo en base a ella. En este sentido, la experta ha explicado que la anchura y la largura son factores importantes para que no se padezcan presiones laterales ni engarramientos de los dedos, ya que, si el calzado no respeta la largura del pie, los dedos se engarran para caber dentro del mismo.

"Esta postura forzada aumenta la fricción en el dorso de los dedos y produce un hiperapoyo de los pulpejos de los dedos, que puede lesionar las uñas, dando lugar a hematomas o engrosamientos de las mismas", detalla, para recalcar que si se padece alguna patología como juanetes, dedos martillo, pies planos o similar, lo adecuado sería acudir al podólogo y ver si existe tratamiento ortopédico y/o quirúrgico a las alteraciones que se sufren.

Uno de los calzados que está muy de moda, y que a la vez es "muy útil" cuando se vive en zonas lluviosas son las 'katiuskas'. Este calzado de goma permite que los pies no se mojen por la lluvia pero, tal y como ha avisado la experta, "el propio sudor del pie hace también que lo moje". Por ello, ha recomendado usarlas sólo en días de lluvia y cambiarlas con un calzado con membrana impermeable incorporado.

Pies fríos, falta riego sanguíneo

Uno de los principales problemas en invierno es que los pies se quedan fríos debido a que se produce una vasoconstricción de los capilares, es decir, los pequeños vasos por los que fluye la sangre se cierran. La experta explica que “en los pies encontramos muchas de estas terminaciones, y al ser la parte más alejada del corazón, el aporte de sangre no se realiza con la misma fluidez que a otras partes del cuerpo. Y si añadimos problemas vasculares añadidos, la dificultad será mayor".

Aconseja el uso de prendas que mantengan el calor, como calcetines de lana o algodón, en vez de nylon. También destaca los calzados con membranas, "que impermeabilicen los mismos y los mantengan secos". "Hay que evitar los cambios drásticos de temperatura, es decir, si tenemos los pies helados, no hay que ponerlos encima de un brasero o calefacción; esto puede provocar la aparición de "sabañones". Es mejor que vayan adquiriendo temperatura poco a poco, por ejemplo metiéndolos en agua templada primero y tras el secado abrigarlos con calcetines de lana", concluye.

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