Artes

La polémica Zaha Hadid diseña el gran centro de documentación sobre el genocidio camboyano

Vista general virtual del insituto según el proyecto de Zaha Hadid
Zaha Hadid - www.mir.no

Treinta y cinco años después del final del régimen de terror de los jemeres rojos en Camboya, que en cuatro años (1975-1979) acabó con la vida de entre dos y tres millones de personas en uno de los genocidios más bestiales del siglo XX, ha sido presentado en público el proyecto de construcción del gran centro de documentación sobre las atrocidades que no fueron detenidas a tiempo por el constante veto de los EE UU en la ONU. El espectacular edificio, basado en los intrincados templos budistas del país, está firmado por la arquitecta angloiraquí Zaha Hadid (Bagdag, 1950).

La primera mujer ganadora, en 2004, del más notable galardón de arquitectura, el Premio Pritzker —que obtuvo por el Pabellón Puente de la Expo de Zaragoza—, acaba de desvelar los pormenores del proyecto, que costará unos 35 millones de dólares, casi 28 millones de euros. La iniciativa es del activista proderechos humanos Youk Chhang, de 53 años, fundador y director desde 1995 del Documentation Center of Cambodia, una entidad sin ánimo de lucro que se ha encargado de reunir más de un millón de testimonios históricos y personales, fotografías y documentos sobre el genocidio.

20.000 fosas comunes

Infatigable en su afán por desvelar los crímenes contra la humanidad de los jemeres rojos liderados por Pol Pot, Chhang ha logrado descubrir más de 20.000 fosas comunes a lo largo del país y situar la localización de al menos dos centenares de prisiones y campos de internamiento donde el régimen decidió llevar a término un ideal tenebroso: regresar al feudalismo como camino para instaurar una nueva sociedad. Entre las medidas de los jemeres rojos, inspirados en un maoísmo de corte integrista, estaban la eliminación de las ciudades y la consideración de sus habitantes como enemigos del Estado, la desaparición de la moneda, el comercio, el mercado, las escuelas, la literatura, toda forma de arte, cultura, y las religiones.

Durante el proceso, en el que fue aniquilado todo aquel que fuese opositor o lo pareciese —usar anteojos para leer era una condena a muerte segura, porque leer era considerado peligroso—, el entonces adolescente Chhang perdió a una hermana mayor, acusada de robar unos puñados de arroz, golpeada en el estómago brutalmente con las culatas de los rifles de los guardias de un campo de internamiento y abandonada a la intemperie hasta la muerte.

Ayuda financiera de los EE UU y Alemania

El nuevo complejo, que sus promotores definen como una "escuela de estudios sobre el genocidio, el conflicto y los derechos humanos", ocupará un terreno, cedido por el gobierno camboyano, en el sur de la capital Nom Pem. En el solar estaba la secundaria Boeung Trabek, que fue convertida por los jemeres en una de las muchas escuelas de reeducación. El centro, que se llamará Instituto Sleuk Rith en honor al nombre de las hojas secas usadas secularmente por los camboyanos para escribir y transmitir conocimientos e historias personales, será financiado por el dinero procedente de una campaña de aportaciones privadas y las aportaciones ya comprometidas de las administraciones de los EE UU y Alemania.

El diseño del instituto de la arquitecta Hadid organiza el complejo —que tiene en una huella en la base de 80 por 30 metros y de 88 por 38 en la cúspide— en cinco estructuras de madera que actúan como volúmenes independientes en la planta baja pero se entretejen a medida que ganan altura. Las alturas de los edificios, que comenzarán a construirse en 2015 según los planes de los promotores, son de entre tres y ocho pisos, y estarán rodeados por un parque público de 68.000 metros cuadrados que servirá para albergar exposiciones temporales y permanentes de escultura camboyana.

Inspirados en Angkor

El diseño está inspirado en los  complejos e intrincados templos de Angkor Wat, la mayor estrucura religiosa jamás construida en el mundo —según recientes exacavaciones, la intrincada e inmensa ciudad-santuario llegó a extenderse a lo largo de 3.000 kilómetros cuadrados (la misma superficie que la ciudad de Los Angeles (EE UU) en la actualidad—. El Instituto Sleuk Rith combina las formas geométricas "en una progresión formal de recintos conectados" que se unen a medida que ganan altura y "desembocan entre sí para guiar a los visitantes a través de las diferentes áreas para la contemplación, la educación, la participación y la discusión".

Este diseño-ensamblaje acopla los cinco edificios, cada uno de los cuales albergará una instituición diferente: un museo sobre el genocidio camboyano, una biblioteca de consulta con la mayor colección sobre el tema de todo el mundo, una facultad universitaria de postgrado en conflictos y derechos humanos, un centro de investigación y una gran dependencia con auditorio que servirá como espacio multimedia.

Construido a partir de maderas rectas y curvas de origen sostenible, con sistemas de energía solar y de reutilización del agua de condensación;  cubiertas horizontales para ocultar a la vista las placas de células fotovoltaicas y una estructura que garantiza que los niveles más bajos del edificio estén a la sombra creada por los superiores, los visitantes accedarán al instituto mediante calzadas situadas sobre espejos de agua que reflejarán la construcción. Estas piscinas, inspiradas también en las de los milenarios templos budistas, serán alimentadas por agua de lluvia.

'Arquitectura oscura, sombría'

"Camboya nunca escapará de su historia, pero no tiene que ser esclavizada por ella", dice Chhang. "En el contexto del genocidio y la atrocidad masiva, este proyecto tiene que reflejar el mal y la desgracia del período histórico que representa. En este sentido, la arquitectura es oscura, sombría, y firmemente orientada hacia el pasado. Pero la institución tiene la vista puesta en el futuro", añade el activista e historiador.

"Los mejores monumentos no son lugares que visitamos una vez para contemplar y archivar. Los mejores monumentos evocan la reflexión y la conmemoración y deben ser lugares públicos dinámicos. (...) El Instituto Rith Sleuk no se centrará sólo en el pasado, porque trataremos de crear un lugar esclarecedor, un lugar para que las nuevas generaciones aprendan de las lecciones de las tragedias del pasado, las formas de curarlas y seguir adelante".

'Un pacto con el pueblo de Camboya'

En unas declaraciones distribuidas por los promotores del instituto, Hadid añade que tiene la esperanza de que el proyecto consiga "tener un efecto verdaderamente transformador" y logre "traer una nueva vida y un futuro brillante a un lugar con rastros del trágico pasado. Debe ser un lugar acogedor donde la reflexión, la interacción y la conectividad no sean visibles sólo en la expresión espacial, sino también en un pacto con el pueblo de Camboya ".

Hadid ha sido fuertemente criticada en los últimos meses por firmar un par de proyectos para las administraciones públicas de países que parctican un gobierno de mano dura y han sido señalados como frecuentes violadores de los derechos humanos. Las críticas se centraron en el espectacular centro cultural que la arquitecta firmó en Bau, capital de Azerbaiyán, para hacer sitio al cual derribaron 250 viviendas, y el suntuoso estadio de fútbol de Qatar, fabricado por trabajadores migrantes de los países más pobres de Asia que cobraban 6 euros al día.

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