Hemorragia nasal o epistaxis: suele no tener importancia pero puede indicar algo más grave

  • Su origen puede deberse a tocarse en exceso, la sequedad ambiental o la rinitis.
  • Cuando sangra la parte anterior del tabique nasal la hemorragia suele ser leve.
  • Pero puede ser también manifestación de una enfermedad grave: leucemia, tumor maligno o benigno, enfermedad hepática o hipertensión.
Una persona sangra por la nariz.
Una persona sangra por la nariz.
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Una persona sangra por la nariz.

¿Quién no ha sangrado alguna vez por la nariz? La hemorragia nasal o epistaxis –de raíces griegas, significa "gota a gota”–  consiste en la pérdida de sangre desde el interior de la nariz. Suele no tener mucha importancia pero hay casos en los que puede ser un indicio de algo más grave.

La sangre de esa hemorragia procede de los vasos sanguíneos que irrigan el recubrimiento interno de la nariz (mucosa nasal), unos 11 centímetros desde los orificios externos hasta cerca de la altura de las orejas. El doctor Miguel Armengot, presidente de la Comisión de Rinología y Alergia de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-PCF), explica que puede sangrar una o las dos fosas nasales aunque lo más habitual es que sangre solo una.

En el caso de la hemorragia bilateral el origen es un proceso sistémico: un trastorno de la coagulación, una enfermedad hematológica o hepática grave, una enfermedad de Rendu-Osler, una hipertensión arterial o la toma de anticoagulantes o antiagregantes como el 'Sintrom' y la aspirina. "Puede ser un proceso banal o el signo de una grave enfermedad", aclara el especialista.

Aunque toda la mucosa nasal puede sangrar, la que sangra más frecuentemente es la parte anterior del tabique nasal (área de Kiesselbach) y en este caso la hemorragia suele ser leve y de escasa gravedad. "Cuando la epistaxis procede de la parte posterior de la nariz, de la zona de la arteria esfenopalatina, la hemorragia es severa y puede ser grave. La sangre fluye tanto por la nariz como por la boca en cuanto el paciente inclina la cabeza hacia atrás", detalla Armengot.

Las causas de las hemorragias nasales son múltiples y el significado clínico variable aunque lo más habitual es que no tenga importancia y su origen pueda deberse a tocarse en exceso, la sequedad ambiental o la rinitis. Sin embargo, puede ser también la manifestación de una enfermedad grave: leucemia, tumor maligno o benigno de fosas nasales, enfermedad hepática o hipertensión arterial.

"Otros síntomas o signos acompañantes, la gravedad, repetición de la misma, así como la exploración clínica por especialista y otras pruebas diagnósticas nos llevarán al diagnóstico de la causa", señala el especialista. "Los ambientes secos y fríos la favorecen", explica el doctor, que sin embargo advierte que su repetición obliga a una visita al otorrinolaringólogo para establecer las causas.

Cómo actuar ante una hemorragia nasal

Armengot señala que ante una hemorragia nasal se debe tapar la nariz presionando con los dedos, inclinar la cabeza hacia delante, esperar unos minutos y si no cede acudir a urgencias. Además, aconseja mantenerse sentado para no tragar sangre. "Debe evitarse inclinar la cabeza hacia atrás o acostarse, ambos gestos hacen que traguemos la sangre y, además, impiden conocer si estamos o no sangrando. Mantener la calma es fundamental, evita que aumente la tensión arterial que nos haría sangrar más", aclara el especialista.

Una vez cortada la hemorragia y en las 24 horas siguientes hay que evitar hacer esfuerzos, no tomar fármacos con efecto anticoagulante o antiagregante como la aspirina y los sonados fuertes. Si la hemorragia es repetitiva y/o se acompaña de cualquier otro síntoma o signo a nivel nasal o general (obstrucción nasal, mucosidad, dolor de cabeza, fiebre, cansancio, palidez de piel, manchas en la piel, sangrado de encías, etc.), se debe acudir siempre al médico.

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