La ansiedad, que no suba al coche: las emociones, presentes en muchos accidentes de tráfico

  • El componente humano es responsable de un gran número de accidentes.
  • Emociones, actitudes o estilo de vida pueden ser determinantes para un siniestro.
  • Se recomienda evitar conducir cuando haya un exceso de preocupaciones: rabia, enfado, tristeza o miedo, distraen la atención del conductor.
Una mujer conduciendo.
Una mujer conduciendo.
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Una mujer conduciendo.

Estos días en que muchos salen a disfrutar de unos días de vacaciones, conviene poner especial prudencia y conocimiento a la hora de conducir. En ese sentido, hay que saber dejar la ansiedad fuera el automóvil; es un mal compañero de viaje. Se trata de un factor psicológico que está presente en un elevado número de accidentes de tráfico. Después de todo, la personalidad del conductor es decisiva a la hora de afrontar un viaje.

El componente humano es, a juicio de la doctora especialista en Psicología de Hospital Quirón de Torrevieja (Alicante), Nuria Javaloyes, el responsable de un elevado número de percances circulatorios. Una causa psicológica frecuente es la presencia de los estados de ansiedad en los conductores, cuyos estilos de vida también son otro factor importante a la hora de determinar si quien está al frente del volante presenta condiciones físicas y psicológicas óptimas.

"Es necesario combatir el estrés y las preocupaciones del día a día" antes de iniciar un trayecto en coche, especialmente en los periodos vacacionales, donde el viaje supone un antes y un después en la vida cotidiana. Las emociones, las actitudes, los estilos de vida o los hábitos pueden influir de manera determinante en la probabilidad de tener un siniestro en carretera.

"Las crisis personales o de pareja, las preocupaciones económicas o laborales pueden generar periodos de inestabilidad emocional que aumentan notablemente el riesgo de tener un accidente", afirma Javaloyes. También influye la personalidad del conductor. No es lo mismo una persona impulsiva o agresiva a una tranquila o que no sufre de estrés, si es optimista o pesimista.

Como medidas de prevención, también para trayectos cortos, Javaloyes recomienda evitar conducir cuando existe un exceso de preocupaciones. "Los estados afectivos intensos y emocionales, como rabia, enfado, tristeza o miedo, distraen la atención del conductor, por lo que se producen maniobras precipitadas o inadecuadas", según ha expuesto.

Partidaria de practicar técnicas breves de relax antes de coger el vehículo, esta especialista en Psicología considera que el conductor debe aplicarse "en el aquí y ahora", es decir, mantener toda la atención en el vehículo y en la carretera para evitar así distracciones.

No consumir alcohol, drogas o medicamentos que produzcan una acción sedante, iniciar el viaje "descansado, sin prisas, satisfechos y disfrutándolo" y ser conscientes de "nuestra propia responsabilidad y de las consecuencias de conductas temerarias" son otras pauta recomendables.

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