Se necesitan 100.000 viviendas en 10 años para cubrir la demanda
Uno de los datos que demuestra esta situación es que en ese tiempo la población de Euskadi tan sólo ha aumentado en 20.000 personas, mientras que el número de hogares se ha incrementado hasta en 190.000. La demanda de nuevos pisos viene condicionada porque los jóvenes ya no tienen como principal motivo para buscarse un piso el hecho de casarse o querer vivir en pareja, sino que la razón que los empuja a salir del hogar es la independencia de su familia. Éste es un fenómeno que se ha dado la vuelta en los últimos 10 años.
El aumento de la esperanza de vida, que ha pasado de los 77 a los 80 años de media desde 1991, contribuye también a la necesidad de nuevos pisos, ya que los mayores cada vez tardan más en abandonar sus viviendas, dejándolas así en herencia a su descendientes.
Falta de suelo
Para Javier Dean, la escasez es «un fallo de previsión de las instituciones en los años noventa, en los que la prioridad era el empleo». Una de las soluciones que plantea es el uso prioritario del suelo para la creación de vivienda principal, reduciendo el destinado a segunda residencia.
Los divorcios también cuentan
Otra de las causas que han provocado que descienda en Euskadi el número de personas que viven en cada hogar, y que se disparen las familias monoparentales, es el crecimiento de los divorcios y las separaciones. En la última década se han duplicado, pasando de los 2.000 a los 4.000 al año, en una comunidad donde se producen unos 9.500 matrimonios anuales.