Disfrutando de las torrijas en Alcalá de Henares

Las torrijas son uno de los más extendidos ejemplos de la gastronomía que cruza del carnaval a la cuaresma. Para preparar unas torrijas basta con cortar una barra de pan en rebanadas bastante gruesas; a continuación se empapan en leche, azúcar y huevo y se fríen en abundante aceite de oliva hirviendo; para terminar se pueden rociar con leche, almíbar, vino, miel o azúcar y canela.

Cada año, las torrijas llegan a Alcalá de Henares con la Semana Santa. Pero en la localidad cervantina podemos degustar torrijas y algo más. Sus exquisitos dulces conventuales elaborados en las clausuras del barrio universitario, como las rosquillas de las monjas clarisas, las delicias de Pascua con forma de capirote rellenas de almendra o los típicos Penitentes.

Un paseo por Alcalá de Henares puede comenzar junto a sus murallas. La puerta de Madrid, que enmarca la torre de la iglesia Magistral y los tejados circundantes, sigue el canon neoclásico. A su izquierda discurre el lienzo de la primitiva muralla medieval, aún en pie.

Llegamos después a la fachada oriental del palacio de los Arzobispos de Toledo. A su lado quedan el monasterio cisterciense de San Bernardo y la sede del Museo Arqueológico Regional, en el antiguo colegio convento de dominicos de la Madre de Dios.

En la calle Mayor, tras sus característicos soportales de piedra, espera el Museo Casa Natal de Cervantes. La calle desemboca en la plaza de Cervantes, un histórico punto de encuentro de ferias y mercados. Allí, la torre de la destruida iglesia de Santa María la Mayor, el Ayuntamiento y el casino. Y un poco más allá la Universidad de Alcalá, con su fachada de estilo renacentista-plateresco, de Rodrigo Gil de Hontañón.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!