Economía

El Gobierno baraja subir los impuestos al gasóleo y al tabaco de liar en su reforma fiscal

Imagen de archivo de monedas y billetes de euro.
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Un IRPF más bajo y un IVA con menos productos y servicios con tipo reducido para recaudar más, así como impuestos más altos para los carburantes y tabacos más contaminantes. La inminente reforma fiscal que prepara el Gobierno contendrá, de una u otra forma, estos ingredientes. Aunque la nueva normativa no está previsto que vea la luz al menos hasta el segundo trimestre de 2014 —para entonces se espera el informe del comité de expertos—, economistas y analistas lanzan desde hace semanas sus propuestas.

A falta de los detalles, "el plan es tocar los impuestos que menos toquen la actividad económica", ha asegurado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en una entrevista al diario estadounidense The Wall Street Journal. Tal como ha dejado entrever, se reducirá la carga impositiva del IRPF, y se "contrarrestará" con la eliminación de los vacíos en el Impuesto de Sociedades y con nuevos impuestos medioambientales.

En mayo de 2013 la Comisión Europea recomendó a España que abordara cuanto antes una remodelación del sistema tributario que lo hiciera más eficiente "aumentando la proporción de impuestos indirectos más favorables al crecimiento y luchando contra el fraude y la evasión fiscales". En resumen, Bruselas pedía eliminar deducciones y desgravaciones en los impuestos directos (IRPF y Sociedades), reducir la aplicación de tipos reducidos del IVA y nuevos tributos ambientales.

Pero la reforma fiscal no solo es una imposición de las autoridades europeas, es ya una de las pocas bazas que le quedan al Ejecutivo para aumentar los ingresos públicos, y así reducir el déficit de las administraciones. Y es que España sufre al mismo tiempo los tipos marginales más altos del mundo desarrollado y unas de las presiones fiscales más bajas, tal como ya publicó este diario.

Solo entre 2011 y 2012 la tasa impositiva española se incrementó en un 19,9 puntos porcentuales, según el informe Paying taxes, elaborado por la consultora PwC; y sin embargo, estos gravámenes apenas permiten recaudar un 37% del PIB, frente al 46,2% de la media de la Eurozona. La inmenente reforma del Gobierno incrementará los ingresos por encima del 38%, según Montoro.

En este contexto, académicos, economistas e investigadores han lanzado varias propuestas de reforma fiscal, todas encaminadas en teoría hacia un sistema más justo, eficiente y sencillo, sin por ello afectar a la progresividad. Este mismo miércoles la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) ha celebrado una jornada sobre La fiscalidad en España: Problemas, retos y propuestas. Por su parte, el Consejo General de Economistas ha publicado un informe Por un sistema fiscal transparente, ordenado y previsible para el fomento de la actividad económica; son documentos que se unen a los presentados semanas atrás por fundaciones de análisis como Fedea o Faes, que han contribuido a su manera al debate fiscal.

La reforma, impuesto a impuesto

  • Impuesto de la Renta (IRPF): Tras la subida aprobada por el ministro de Hacienda a finales de 2011, el tipo marginal máximo en el IRPF alcanza el 52% (56% en comunidades como Cataluña), y sirven para recaudar una cantidad equivalente al 7,6% del PIB, frente al 9,2% de la media europea. Los tipos marginales en sus diversos tramos, que se mantendrán al menos hasta 2014, son excesivamente altos en relación a los tipos medios —lo que efectivamente se recauda sobre la base impositiva—, lo que indica que las subidas de tipos no conllevan los incrementos de recaudación esperados. Como muestra un botón: El Gobierno esperaba recaudar 5.400 millones de euros con los gravámenes adicionales del IRPF, pero en realidad los ingresos apenas aumentaron en 815 millones, una sobreestimación de más de4.500 millones.
    Es por esto que economistas como José Félix Sanz, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, apuestan tanto por reducir drásticamente tanto los tipos marginales a un máximo de entre el 35% y el 40% como por reducir el número de tramos. España es el país europeo con más tramos en tarifa (11, frente a una media europea de 3). En paralelo, y para no perder capacidad recaudatoria, se produciría una ampliación de la base imponible eliminando deducciones, bonificaciones y exenciones —todas menos reducciones por hijos y por planes de pensiones—. "Todos deben contribuir en su justa medida", señala el profesor Sanz. En resumen, su sistema consistiría en dos tramos: uno de 0 a 60.000 euros en el que se aplicaría un tipo fijo del 25%, y otro a partir de 60.000 euros con un tipo del 35%; en ambos casos se eliminarían las deducciones "en cuota", aquellas que se aplican sobre la cantidad teórica a pagar por el contribuyente, y pasarían a aplicarse sobre la base imponible. Según sus simulaciones, con esta propuesta, se incrementaría la recaudación en un 3% del PIB (más de 30.000 millones de euros).
    Unos tipos marginales máximos tan altos no suponen una mayor recaudación ya que favorecen la evasión fiscal. Así, según los cálculos de la Fundación de estudios de Economía Aplicada (Fedea), "si se reduce el tipo máximo hasta el 40% la recaudación caería solamente en 1.900 millones de euros". La mayoría de los contribuyentes (el 85%) declaran rentas brutas de menos de 33.000 euros al año, aunque "el 10% con más renta paga el 53% del total de impuestos y el 50% más pobre paga el 4% del total", señalan desde Fedea, que también proponen eliminar deducciones y beneficios fiscales del IRPF (vivienda habitual, premios de lotería, obras en la vivienda...) que representarían una recaudación adicional de entre el 10% y el 18%.
    También una eliminación de deducciones, reducciones y bonificaciones proponen desde el Consejo General de Economistas, que además reclaman que los tipos marginales máximos se apliquen a rentas más elevadas que hasta ahora, al tiempo que apuestan por establecer unos mínimos personales de renta, a partir de los cuales no se puede pagar más impuestos. También están a favor de "dulcificar" la tributación de aquellos contribuyentes que residan en el extranjero pero sigan percibiendo rentas en España, y de aquellas rentas obtenidas por españoles "cuando trabajen en el extranjero, por ejemplo si los desplazamientos se realizan para elaborar estudios".

  • Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA): En el caso del tributo al consumo, pese a las subidas aplicadas por este Gobierno y el anterior (ahora hay un tipo general del 21%, solo por debajo de Grecia, Irlanda y Portugal) la recaudación sigue estando por debajo de la media: Un 5,4% del PIB frente a un 7,1% de la media europea. Todos los análisis de académicos y servicios de estudios coinciden: Hay margen para eliminar eliminar deducciones y gravar la mayor parte de la cesta de la compra al tipo general. En España, según José Ignacio Conde Ruiz, investigador de Fedea, solo el 42% del consumo general tributa al IVA general —el resto lo hace al tipo reducido (10%) o súperreducido (4%)—, mientras que en Alemania este porcentaje se eleva al 82%. "No tiene sentido que la mayor parte de los bienes y servicios no estén al tipo general", sostiene en este documento. Este reescalado del IVA, que perjudicaría a las familias con renta baja, se vería compensado con la aplicación de un mínimo exento en el IRPF, lo que sería un incentivo en contra de la economía sumergida. También en el Consejo General de Economistas se muestran favorables a eliminar deducciones y compensarlas con ayudas directas, aunque reconocen que son medidas "impopulares y muy díficiles de gestionar".
    Más concretas son las deducciones que propone eliminar Desiderio Romero, colaborador en Funcas, que además apuesta por subir al 22% el tipo general, con lo que se lograrían 3.200 millones más. En su opinión, el "coste recaudatorio" de todas las reducciones y deducciones en el IVA supone una merma más de 16.800 millones de euros para las arcas públicas, por lo que propone recaudar unos 4.300 millones de euros más aplicando el tipo general a las actividades de restauración y hostelería, que actualmente están gravadas al 10%. "Son dos sectores estratégicos", tal como señala este profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, si bien la cantidad a recaudar invitan a barajar esta opción.

  • Impuestos Especiales: El Estado recaudó en 2012 más de 18.200 millones de euros gracias a los llamados Impuestos Especiales (alcohol, cerveza, hidrocarburos, tabaco...), una caída del 4,1% respecto al año anterior, y pese a la subida del tributo a las labores del tabaco. Bruselas cree que hay mucho margen para incrementar la tributación tanto en este aspecto como en el medioambiental, y también lo creen los analistas y especialistas tributarios consultados por este diario. Desde el Consejo General de Economistas sostienen que los impuestos de hidrocarburos y sobre la anergía deben gravar tanto "el contenido energético del producto como la contaminación que producen", una medida que en su opinión debería hacerse extensiva a los tributos locales sobre vehículos de tracción mecánica.
    Por su parte, el profesor Romero apuesta por subir los impuestos especiales en general y por aproximar la fiscalidad de las diferentes labores del tabaco. Los impuestos de cigarrillos (51% del precio de venta al público), cigarros (15,8%) y tabaco de liar (41,5%) son muy distintos, lo que ha incentivado el paso de un buen número de consumidores desde los pitillos hacia la picadura. Sin embargo, esta última modalidad es incluso más dañina que la primera, por lo que en opinión de este investigador ambos productos deberían al menos someterse a la misma fiscalidad. Lo mismo propone para la tributación del gasoil y la gasolina de automoción, ya que el uso del diésel está bonificado para ciertos usos especiales, cuando en realidad es "más dañino para la salud humana" que la gasolina. En su opinión, habría que echar mano de impuestos medioambientales para gravar de forma más efectiva esta realidad.

  • Impuesto de Sociedades (IS): La recaudación del impuesto de los beneficios empresariales ha sido unas de las más mermadas durante esta crisis gracias a "los vacíos" que la actual normativa permite, según ha reconocido el propio ministro de Hacienda. La recaudación del IS respecto al PIB supone un 2,8%, apenas un punto por encima de la media europea, pero con un tipo general (30%) cinco puntos por encima de la media UE. El problema es que los distintos beneficios fiscales ocasionan que un 15% de la capacidad recaudatoria se pierda (unos 2.500 millones anuales), por lo que el Gobierno estudia eliminar la mayoría de estas exenciones y bonificaciones. Además, José Ignacio Conde Ruiz, de Fedea, pide "eliminar la barrera al crecimiento empresarial que supone el tipo reducido [25%] para las empresas pequeñas". Y es que el incentivo de esta diferente tributación es a no crecer a partir de cierto tamaño. También está sobre la mesa la eliminación de la tributación por módulos, ya que aunque simplifica el pago de impuestos para las pymes, es una vía por la que se mueve gran parte de la evasión fiscal. En esa misma línea se muestran los analistas del Consejo General de Economistas, que creen que "lo deseable sería acercar la base imponible al resultado contable" de las empresas.
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