A Coruña

Expertos creen que la rebaja del impuesto de sucesiones "no es un gran incentivo" y ven necesarios más estímulos

Cultivos de Andalucía
EUROPA PRESS

Expertos en matera fiscal consideran que la rebaja del impuesto de sucesiones y donaciones adelantada esta semana por el presidente de la Xunta "no es un gran incentivo" y señalan que para lograr el objetivo de generar actividad en el rural serán necesarios "estímulos más potentes".

El secretario general de Gestha, el sindicato de técnicos de Hacienda, José María Mollinedo, considera que la rebaja del 99% en el impuesto de sucesiones y donaciones para los supuestos en que fincas rústicas en desuso sean transmitidas a agricultores para explotarlas "no es una medida mala", pero "otra cosa es que vaya a ser realmente eficaz".

En declaraciones a Europa Press, Mollinedo ha valorado que esta propuesta avanzada por el Gobierno gallego, que quiere introducirla en los presupuestos para 2014 mediante una enmienda, persigue que comience a producir "algo que está improductivo". En este sentido, cree que "se puede justificar la pérdida tributaria" que supone reducir el impuesto, si el fin es mejorar la actividad económica.

"Es verdad que lo va a sufragar la administración autonómica, pero va a redundar en la mejora de la economía local", argumenta y señala que el inicio de actividad redundará también en recaudación de impuestos por la inversión para explotar la tierra o por la venta de los frutos. "Es como una especie de apuesta: no cobramos estos impuestos para que mejore la actividad y, en el futuro, la recaudación", explica.

No obstante, Mollinedo cuestiona la eficacia de la propuesta y se pregunta cuántas fincas que no estaban en uso pasarán a ser explotadas "por no tener que pagar el impuesto". "Tal vez la medida sea positiva porque pagar el impuesto no será un obstáculo, pero tampoco es un gran incentivo", concluye.

Por su parte, la profesora del departamento de Economía Aplicada de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) María Dolores Cadaval considera que esta medida "por sí sola no conseguirá el mantenimiento de las explotaciones agrarias, si bien puede ser una pequeña ayuda a un sector económico que está atravesando muchas dificultades".

Esta rebaja del impuesto, apunta, parece formar parte de uno de los objetivos que la Xunta había propuesto en su plan estratégico, el frenar el abandono de tierras y de la actividad primaria, en especial en las provincias de Lugo y Ourense. "Si bien es cierto que, de manera aislada, esta exención prácticamente total del impuesto de sucesiones y donaciones no servirá para dar cumplimiento al objetivo", añade.

"Deberá acompañarse de otros estímulos mucho más potentes", sugiere la profesora, que llama la atención acerca de que el pago de este impuesto se produce una sola vez, cuando se realiza la transmisión, y su cuantía "no suele ser elevada, pues la valoración de terrenos rurales sobre la cual se hace la liquidación es reducida, generalmente".

El impacto económico, aunque "es muy difícil de cuantificar a priori", expone Cadaval, "seguro" que no es "significativo" en las cuentas públicas, precisamente porque se liquida en el momento de la transmisión y sobre bases liquidables "que no suelen ser elevadas".

La exigencia fiscal de galicia,

En la media

Tanto Mollinedo como Cadaval coinciden en que la exigencia fiscal por los tributos de la Comunidad gallega es "media". La profesora ha señalado que Galicia está en un nivel "medio, medio-bajo" respecto a al resto del Estado. "Nuestra comunidad ha hecho uso del margen de maniobra que le permite la ley de financiación autonómica, si bien, situándose en un nivel intermedio", señala, que no llega a ser tan bajo como en Aragón o La Rioja ni tan alto como el de Andalucía o Cataluña.

El secretario general de Gestha se basa en la relación entre los ingresos tributarios y el producto interior bruto (PIB) para asegurar que Galicia está "ligeramente por encima de la media", con una ratio del 8,8%, frente al 8,61% de las comunidades de régimen común —todas salvo País Vasco y Navarra—. Mollinedo aclara que este cálculo no refleja la presión fiscal, pues no incluye otros tributos que se exigen en la comunidad, como los municipales, sino únicamente la parte que depende de la competencia autonómica.

Así, tomando como referencia los datos de 2011, que son los últimos para los que consta la liquidación definitiva, los ingresos tributarios alcanzaron en Galicia los 5.002,14 millones de euros y el PIB se situó en 56.841,31 millones. En el conjunto de las comunidades, el PIB llegó a los 1.063.355 millones y los ingresos tributarios, a 91.556,42.

Esas 19 centésimas de diferencia entre la proporción gallega y la media de las comunidades, agrega, representa 9,5 millones de euros que en Galicia se pagan "de más" en impuestos, en comparación con el promedio de las autonomías.

La "mayor parte del pastel tributario", destaca el representante de los técnicos de Hacienda, corresponde al IRPF, como ocurre en el resto de las comunidades. Son más de 1.850 millones de euros los que se obtienen por esta vía, según los datos de 2011, frente a los 195 que proceden de los impuestos sobre el capital, que son el de patrimonio (620.000 euros) y del de sucesiones y donaciones (194,5 millones).

El IVA supone casi 1.146 millones de euros, mientras que el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados representa 268 millones y los impuestos sobre consumos específicos permiten recaudar 947 millones. Otros impuestos, entre los que se encuentran los medioambientales o el tributo sobre el juego aportan más de 38 millones a las arcas gallegas.

Las medidas fiscales de la xunta

Sobre las anteriores medidas fiscales de la Xunta anunciadas para 2014, que son la rebaja de medio punto en el tramo autonómico del IRPF y la subida del impuesto de hidrocarburos (2,4 céntimos la gasolina y 3,6 el gasóleo), la profesora Cadaval ha concluido que "el balance" es "perjudicial para los contribuyentes".

"El impuesto directo baja en una pequeña cuantía, mientras el indirecto sube, de tal manera que, a la vez que incrementamos la carga tributaria de los sujetos pasivos, se ayuda a generar ilusión fiscal en los contribuyentes", razona.

Sobre el IRPF destaca que "buena parte" de los contribuyentes a los que afecta "no están obligados a declarar". La cuantía resultante de la rebaja "no es significativa en cuanto a mayor renta disponible de los ciudadanos". "Puede variar entre tres y ocho euros mensuales", indica. Además, agrega, la subida del recargo sobre carburantes "compensa con creces la reducción de la presión fiscal directa".

Lo que no cree que vaya a provocar el céntimo sanitario es una caída del consumo, puesto que el de hidrocarburos es "una especie de mercado cautivo", lo que quiere decir que los consumidores apenas reaccionan a incrementos en el precio con reducciones de la cantidad que demandan.

Cadaval, que sostiene que la Xunta "no ha agotado su margen de maniobra" en materia fiscal, sugiere hacer "un planteamiento general de modificaciones de impuestos", en lugar de "tintes aislados sobre uno u otro" tributo. Además, bajar impuestos y reclamar en la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, que se prevé que se abra en 2014, más ingresos es "una falta de coherencia", señala.