Feijóo apela a la "honestidad" en política y pide cohesión territorial porque "no hay centralismo ni opresión"

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha apelado a la "honestidad" en la política, al tiempo que ha hecho una firme defensa de la "cohesión territorial y de la solidaridad" para pedir que ninguna fuerza política "haga seguidismo" de quienes "se afanan por destruir este aspecto esencial del pacto constitucional" en España. Y es que, ha añadido, "no hay centralismo ni opresión alguna".

En un contexto político gallego con numerosos casos de corrupción en ayuntamientos, que afectan a todos los partidos y con la presencia del 'caso Bárcenas' en España, Feijóo ha apelado a la "ejemplaridad", para advertir que "no puede haber excepciones ni morales ni personales para quien transgreda las normas de servicio público y las leyes que obligan a toda la sociedad".

"Sólo siendo honestos podremos vencer la distancia que hoy separa a los políticos de la gente", ha proclamado el presidente, quien ha reivindicado "una galleguidad serena" en medio del debate sobre el modelo territorial español, al tiempo que ha hecho constar que "en la concepción genuina" del autogobierno gallego "la idea autonómica va íntimamente unida a la de solidaridad" entre territorios.

Con el debate de la financiación autonómica ahora también sobre la mesa del Gobierno central, ha subrayado que no hay autogobierno "sin solidaridad" y ha alertado contra quienes "se afanan en destruir ese aspecto esencial" del pacto constitucional, toda vez que "ni defienden la constitución ni les interesa defender los intereses del país".

Así, ha llamado a preguntarse "qué modelo de Estado le interesa a Galicia". "¿Un modelo insolidario, revestido con fórmulas independentistas o federales, o un esquema que preserve la cohesión territorial que tanto ha beneficiado a nuestra tierra desde el comienzo de la democracia?", ha formulado, en el marco de su intervención inicial en el Debate sobre el Estado de la Autonomía.

"reformemos sin destruir"

"Creo que la opción mayoritaria de los gallegos no es favorable a aventuras, sino partidaria de realidades. Reformemos sin destruir. Mejoremos sin cuestionarlo todo. Avancemos mirando hacia el futuro y aprendiendo de las lecciones del pasado", se ha contestado, antes de proclamar que sería "desenfocar el debate" considerarlo como "el intento de algunos de luchar contra el centralismo" o a favor "de una libertad ahogada por un Estado opresor".

"Ni hay centralismo ni opresión alguna, como no sean entendidos como meras coartadas", ha esgrimido, para subrayar que "lo que está sobre la mesa es la solidaridad" y ha garantizado que Galicia "no va a estar ausente" de la discusión que se pretende abrir. "No lo estará por lo que al Gobierno respecta, y no debería estarlo en lo que se refiere a todas las fuerzas representadas en esta Cámara", ha sugerido.

No en vano, Feijóo se ha mostrado convencido de que "la solidaridad y la cohesión territorial" pueden "unir" y de que "el modelo es Galicia".

"Es a Galicia hacia donde hay que mirar a la hora de tomar postura en un debate que nosotros no abrimos, pero que implica nuestro presente y nuestro futuro. Un debate que sólo debe buscar la forma de dejarnos más unidos. Galicia unida a España y a Galicia unida a Galicia", ha resumido.

Rechazo a "actos terroristas"

Además de su llamamiento a la honestidad y a la solidaridad, Feijóo ha ido un paso más allá y ha trasladado a las cuatro fuerzas políticas del Pazo do Hórreo —PPdeG, PSdeG, AGE y BNG— que los gallegos "reclaman y merecen" una política "en la que puedan verse reflejados".

"Y el rencor tampoco es gallego", ha continuado, antes de poner el acento en que "el rencor permanente lleva a algunos a comprender e incluso a justificar actos terroristas", extremo que ha asegurado "lamentar profundamente", entre aplausos de las filas populares.

"Lamento profundamente que haya quien se sienta más cerca de los que practican la violencia que de presidentes o gobiernos democráticos", ha subrayado, en una velada alusión a los dirigentes de AGE, empezando por su portavoz, Xosé Manuel Beiras, quien le ha dirigido duros calificativos en debates parlamentarios previos.

En todo caso, ha confesado sentirse "satisfecho" por el hecho de que "estas conductas" tengan "escaso eco" entre los gallegos, al tiempo que ha pedido "reflexión y mesura". "No pretendo un acuerdo con el Gobierno, sino un acuerdo con la Galicia real", ha asegurado, antes de llamar desde la tribuna "a tomar ejemplo del país".

"A veces pienso que a esos que se dejan llevar por la agresividad no les gusta el país y querrían cambiarlo por otro en permanente confrontación civil. A mí me gusta Galicia tal como es y los gallegos tal como somos", ha zanjado.