A Coruña

Unos 1.600 mariscadores afectados por el cierre de la ría de Muros y Noia confían en que se reabra pronto

Mariscadora
EUROPA PRESS

En torno a 1.600 mariscadores han tenido que dejar de extraer berberecho de la ría de Muros y Noia debido a su cierre, este miércoles, por la presencia de toxina en las aguas. Con todo, los afectados confían en que la reapertura no se retrase más allá de "dos o tres días", en palabras del patrón mayor de la cofradía muradana, Daniel Formoso.

Once toneladas de berberecho que este martes se entregaron a una fábrica "vinieron de vuelta", pues los responsables de la factoría detectaron en sus pruebas la presencia de toxina.

Formoso ha explicado a Europa Press que la campaña de Noia se inició este lunes y transcurría "bien". "No había queja", pues la calidad y el tamaño del berberecho hacían que el precio en lonja estuviese alcanzando hasta los 12 euros en el mejor de los casos.

La ría ya había sufrido otros dos cierres durante el último mes, pero este se produce precisamente cuando los profesionales esperaban "lo gordo" en cuanto a recogida de berberecho, que coincide con las primeras semanas del mes de octubre, principalmente. Más adelante aumenta el peso de la almeja en los capachos, fina, japónica y babosa. "Es un palo", reconoce el patrón mayor del pósito de Muros.

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La espera de nuevos muestreos

Aunque Formoso reconoce que "habrá que esperar" al resultado de las muestras que examine este jueves el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), espera que la imposibilidad de mariscar no dure muchos días.

La campaña se prolonga, inicialmente, hasta el 20 de diciembre. A continuación, los mariscadores paran tres semanas y vuelven a trabajar hasta mayor.

En cuanto al cultivo en batea, el responsable del pósito muradano estima que la prohibición de recoger mejillón perdurará "más", puesto que es lo habitual. Pero la afectación del molusco por la toxina suele ser "menor", apunta.

Este año "se ve que hay marisco" y, por el momento no ha habido ninguna consecuencia por el arrastre de cenizas procedentes de superficies quemadas —como sí ocurrió en 2006—, por lo que Daniel Formoso espera que el cierre sea "por dos o tres días".

La pérdida, en caso de que fuese durante más jornadas, es difícil de calcular, según indica, pero añade que en el transcurso de una semana el marisco ya "pierde calidad".

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