Potiche

Un artefacto pop alocado y tontorrón, afectado y autoconsciente pero también cariñoso.
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François Ozon, cuyo estado de ánimo cambia de una película a la siguiente casi de forma psicótica, regresa al territorio camp de 8 mujeres adaptando otra obra de teatro vodevilesca; como en esa película, su compromiso estilístico es tan impresionante que a la larga resulta agotador.

Dado el despliegue de diversión que ofrece Catherine Deneuve en el centro del filme sería hasta de mal gusto poner pegas, pero en todo caso estaría bien que Potiche no pareciera por momentos un remake francés de Mamma Mia! Y es que Potiche es, y discúlpese el facilón juego de palabras, un pastiche, un artefacto pop alocado y tontorrón, afectado y autoconsciente pero, de alguna manera, también cariñoso e incluso serio en su reivindicación del espíritu indomable francés, personificado en la figura aristocrática de Deneuve.

Así pues, puede que con este retrato de la tardía aunque rápida autorreivindicación de un ama de casa aburrida, mimada e infelizmente casada, Ozon juegue a levantar la bandera de la emancipación feminista –para lo cual llega un poco tarde: la obra original tiene 40 y tantos años–, pero en realidad Potiche está menos preocupada por las mujeres que por una en particular.

Deneuve entra en la película haciendo footing vestida en chándal y sale de ella interpretando una triunfal chanson, y entre ambas escenas goza de carta blanca para desplegar a placer sus elegantes e infrautilizadas dotes cómicas. Actores secundarios como Gérard Depardieu sabiamente

ceden el protagonismo en este homenaje a la diva. Y aunque los diálogos de ésta estén repletos de frases como “el paternalismo está muerto” y “lo personal es político”, Potiche está menos interesada en ilustrar la revolución privada de una mujer burguesa que en rodearse de tocados con plumas, teléfonos forrados de pana y paredes empapeladas con formas geométricas. Quizá por eso, pese a que en su interior también suceden subtramas sobre relaciones adúlteras, hijos ilegítimos, discordia marital y, en la segunda mitad de la película, una carrera política, Potiche en última instancia no llega a proporcionar la resolución de proporciones épicas a la que su premisa parece dirigirse.

TONI VALL

Valoración:

FICHA TÉCNICA

  • Director:
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  • Sinopsis:

    En los años setenta, una rica burguesa, después de una huelga, se tiene que hacer cargo de la fábrica familiar.

  • RESUMEN: Un artefacto pop alocado y tontorrón, afectado y autoconsciente pero también cariñoso.

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