Anvil, el sueño de una banda de rock

Si como un músico dijo una vez &quote;el rock son tres acordes y la verdad&quote;, después de ver Anvil lo que queda claro es que esa verdad inseparable es cutre, sucia y sencilla.
Anvil, el sueño de una banda de rock
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Anvil, el sueño de una banda de rock

A MEDIO CAMINO ENTRE la comedia documentalizada que supuso This is Spinal Tap (1984) y el documental involuntariamente cómico sobre Metallica, Some Kind of Monster (2004), la película del británico Sacha Gervasi –guionista de La terminal– tiene dos características que podrían convertirla en marginal. Por un lado, su formato de documental, se diga lo que se diga, minoritario y condenado al estreno limitado. Y por el otro, su contenido: las andanzas de un par de colegas que, con 14 años, sellaron un pacto para hacer rock juntos hasta el final de sus vidas. Tras ver pasar de largo el tren del éxito hace décadas, y con 50 años y menos pelo, siguen con su banda, Anvil, pero malviven gracias a subempleos y préstamos de familiares. Su música no interesa a casi nadie. ¿Por qué lo iban a hacer sus vidas?

Sorprendentemente, Anvil. El sueño de una banda de rock, que llega a España con algo de retraso, se ha convertido en un pequeño fenómeno mediático en EE UU gracias a su paso por festivales independientes y hasta ha servido para devolver al grupo el éxito que durante décadas se le negó, siendo excusa para nuevas giras. Sus protagonistas –con mención especial para esa mánager italiana que no da una– han salido de la pantalla gracias a la humanidad con la que Gervasi, que fue “su mayor fan inglés” y pipa de Anvil antes que director de cine, retrata sus sueños y la honestidad con la que estos músicos encajan todos y cada uno de sus fracasos delante de la cámara. Tocar en bares sin casi público, pelearse con dueños de locales que no les quieren pagar, perder trenes

–¡en España!– y llorar juntos son cosas que la mayoría de grupos preferirían que no vieras. Steve Lips Kudlow (cantante) y Robb Reiner (batería, y sin relación con el director de Spinal Tap) están tan desesperados que han vendido todas las puertas tras las que podrían ocultarse.

Si como un músico dijo una vez “el rock son tres acordes y la verdad”, después de ver Anvil lo que queda claro es que esa verdad inseparable es cutre, sucia y sencilla. Ya lo dijo el sabio: “Es sólo rock and roll, pero me gusta”. En plan colchonero, Lips y Robb añadirían que les mata, pero les da la vida.

Manuel Piñón

Valoración:

FICHA TÉCNICA

Anvil, el sueño de una banda de rock
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  • Sinopsis:

    Anvil, la banda canadiense quizas más popular del heavy metal de ese país, ha sido la escogida por Sacha Gervasi para la realización de un documental.

  • RESUMEN: Si como un músico dijo una vez &quote;el rock son tres acordes y la verdad&quote;, después de ver Anvil lo que queda claro es que esa verdad inseparable es cutre, sucia y sencilla.

  • ESTRENO: 25/06/2010

  • EE UU / 2008 / DIRECTOR: SACHA GERVASI GUIÓN: SACHA GERVASI

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