Montblanc, esplendor medieval

  • Según la leyenda, San Jorge mató al dragón en la muralla de Montblanc.
  • Su conjunto monumental y artístico está reconocido desde 1947.
  • Una vez al año es la ciudad de los 'clicks', gracias al festival Clickània.
  • Montblanc tiene vino: es capital de la comarca de la Conca de Barberà.
Murallas de Montblanc
Murallas de Montblanc
WIKIEDIA/Jaume Meneses
Murallas de Montblanc

Cuenta la leyenda que fue delante de la muralla de Montblanc, en Tarragona, donde San Jorge mató al dragón, salvando así a la princesa y a todo el pueblo de las garras del monstruo. Muy cercana al monasterio de Poblet y al de Santes Creus, Montblanc es una localidad medieval de calles ancladas en el tiempo, que permiten evocar con facilidad historias de magia y leyenda, como la del santo caballero.

Una villa de palacios

Del conjunto monumental y artístico de Montblanc, reconocido en el año 1947, lo primero que nos encontramos es la muralla del siglo XIV, con sus treinta torreones y cuatro puertas de entrada a la ciudad. En una de ellas, en la de San Jorge, vemos un mosaico en el que se narra la hazaña del caballero. Y es que, según la leyenda, fue justo enfrente donde tuvo lugar la batalla con el dragón.

Para celebrarlo, Montblanc organiza cada 23 de abril la Semana Medieval, en la que el municipio se vuelca para rememorar esa hazaña con disfraces, música y comidas típicos de la época, ofreciendo al visitante una inmersión total en la Edad Media.

Dejando a un lado la leyenda de San Jorge pero no el espíritu histórico de Montblanc, nos adentramos en su casco antiguo. Entre los edificios más destacados, está el Palau Alanyà; un elegante palacio gótico que actualmente es la sede del consejo comarcal. También destaca el ayuntamiento que, aunque es original del siglo XIII y XIV, ha sido completamente remodelado, respetando la fachada principal.

Un detalle curioso aparece bajo los porches de Pallol, en la misma Plaza Mayor, donde una piedra labrada con orificios de distinta capacidad servía como medida oficial para los sacos de grano. Cerca, otra construcción remarcable es el Casal dels Josa, que ahora acoge el museo comarcal. Del siglo XII queda el Pont Vell, el puente que se construyó para cruzar el río Francolí. Hoy solo se puede cruzar a pie.

Música de órgano en la capital de los 'clicks'

Montblanc cuenta también con un buen número de edificios religiosos, entre los que destaca la iglesia de Santa Maria la Major, también conocida como la Catedral de la Montaña.

Situada en la parte más elevada del municipio, desde donde se obtiene un estupenda vista general de las murallas, es un compendio de estilos gótico y barroco. Su órgano, que data del siglo XVI, es uno de los mejores de Cataluña. La Asociación Catalana del Órgano organiza aquí cada verano conciertos de dicho instrumento.

Una vez al año, Montblanc deja su pasado medieval al margen para convertirse en la capital de los clicks de Playmobil, gracias al festival Clickània. Durante cuatro días, que coinciden con el puente del Pilar, se pueden comprar clicks de todo tipo y los niños pueden participar en actividades varias.

Otro encuentro es el de Terrània, el festival internacional de cerámica que pretende enseñar al visitante una cerámica artística y decorativa, más allá de la tradicional y la destinada a la fabricación de utensilios.

Vino y gastronomía

Capital de la comarca de la Conca de Barberà, en Montblanc podemos degustar vinos con denominación de origen. La mayor parte es blanco y rosado (a base sobre todo de uva verdeja y parellada) pero también se producen buenos tintos (con tempranillo y garnacha). Ahora se están introduciendo cepas de chardonnay, cabernet sauvignon y syrah.

Estos vinos se pueden degustar en el Celler Cooperatiu, una bodega modernista construida a principios del siglo xx por los viñadores de Montblanc. Cerca, en la pedanía de Prenafeta, encontramos el Museo del Vino, que, aunque es privado, se puede visitar con cita previa.

La tradición marca la cocina de la comarca, con sus coques de recapte (masa de pan extendida con verduras asadas) y los dulces a base de almendras recubiertas de una pasta azucarada que llevan por nombre merlets y montblanquins. A su vez, los restaurantes de la zona conjugan la cocina tradicional con toques modernos que realzan los sabores de siempre.

Para disfrutarlos en un entorno medieval y con vistas al Palau Alanyà, tenemos El call de Montblanc, cuya especialidad es el bacalao. Otra opción, cerca del monasterio de Poblet y a unos siete kilómetros de Montblanc, es la Masia del Cadet donde miman la materia prima. Aquí podemos degustar la coca de setas de temporada, los caracoles o la carne a la brasa.

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