2.- Me he decidido a escribir porque tengo un problema que me está amargando la existencia. Tengo novia desde hace dos años. Ella ha sido la primera para mi y yo soy el primero para ella, es decir, que no hemos tenido relaciones sexuales con otras personas. Hace un mes o así decidimos tener relaciones sexuales completas, hasta ese día lo habíamos pasado muy bien con juegos, manuales, bucales etc., pero desde que hemos intentado la penetración toda ha ido fatal, lo hemos intentado varias veces y con distintas posturas, pero nunca lo hemos conseguido porque a la hora de la verdad el pene no entra. No sé si se debe a que cuando era pequeño me hicieron la fimosis y se me ha quedado el capullo muy blando. ¿Puede que todo se deba a lo que ella dice que somos unos novatos y no sabemos como hacerlo? Adolfo.
Efectivamente la inexperiencia y los nervios nos juegan estas malas pasadas. Lo principal es no ponerte nervioso y mucho menos pensar que las cosas no tienen arreglo. Empezando por el principio, lo primero que tengo que decirte es que la operación de fimosis no tiene nada que ver con lo que te pasa y sí, los nervios y la falta de experiencia. Si ella no ha tenido relaciones sexuales antes, quiere decir que su musculatura vaginal no se sabe relajar y se forma como un "muro" que impide la penetración. Para que la primera vez la penetración se haga correctamente, lo primero es la postura. La mejor es que ella descanse con los riñones en el borde de la cama con las piernas colgando hacia el suelo, y tu te coloques de rodillas entre sus piernas. Lo segundo es una buena lubricación, cualquiera de los geles que venden en las farmacias, se unta bien el pene y el orificio vaginal. Lo tercero es tomar el glande con la mano, el pulgar en el frenillo y el índice y el corazón en la parte superior del glande y apretar con un poco de fuerza para que la sangre quede retenida y la consistencia sea mayor. A continuación hay que aproximar el glande al orificio y con firmeza introducirlo, después relajaos y disfrutad de la sensación del pene en la vagina antes de empezar a moveros.
3.- Te escribo porque desde hace un tiempo me está pasando algo que me tiene preocupada, un día cuando mi marido y yo estábamos haciendo el amor, me mordió en el hombro cuando estaba casi a punto de llegar y aquello me hizo sentir algo que no había sentido hasta entonces. Desde aquel día me he dado cuanta que necesito un poco de dolor para excitarme y que mis orgasmos son mejores cuando están asociados a dolor. Se lo he dicho a él y no parece importarle, pero a mi me preocupa porque estoy empezando a pensar si no seré masoquista. Lorena.-
El dolor y el placer suelen estar asociados, hay muchas personas que necesitan, como tú, sentir un poco de dolor para que el placer sea mayor. El sistema nervioso es complicado y un gran desconocido, es como una gran red que desde la cuna va creando sus propias asociaciones, la mayoría de ellas inconscientes, por lo que cuando aparecen no es bueno ni darles nombre ni sentirnos culpables por ellas. Seguramente tu pareja y tú sin querer habéis descubierto un nuevo camino para disfrutar de vuestras relaciones sexuales. El sado-masoquismo es otra cosa, es una compulsión que no permite disfrutar más que con grandes dosis de dolor propio o ajeno, y no creo que, por lo que cuentas, este sea vuestro caso. Olvídate de otras consideraciones y disfruta con este nuevo juguete. La única recomendación que os hago es que cada uno respete los límites que el otro imponga y los del malestar propio.
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