La Barcelona modernista, más allá de la obra de Gaudí

  • Domènech i Montaner es autor del Palau de la Música y el Hospital de Sant Pau.
  • De Puig i Cadafalch es la Casa Ametller o la de Les Punxes.
  • El trabajo de Josep María Jujol fue vital para varias de las obras de Gaudí.
Imagen de la Casa Ametller, de Puig i Cadafalch, y la Casa Batlló, de Gaudí.
Imagen de la Casa Ametller, de Puig i Cadafalch, y la Casa Batlló, de Gaudí.
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Imagen de la Casa Ametller, de Puig i Cadafalch, y la Casa Batlló, de Gaudí.

Domènech i Montaner, Puig i Cadafalch y Jujol tienen sin duda un nombre propio dentro de la arquitectura catalana. Son genios cuyas obras brillan en la Ciudad Condal. Construcciones como la inconclusa Sagrada Familia o el Parque Güell son los exponentes más claros del modernismo catalán, que lleva grabado en mayúsculas el nombre de Antoni Gaudí.

Sin embargo, otros muchos edificios barceloneses esconden los nombres de genios que pusieron los cimientos del modernismo en Barcelona, y que han quedado a la sombra del maestro Gaudí, pese haber dejado en la Ciudad Condal un legado de una belleza extraordinaria.

Domènech i Montaner, pilar del modernismo

El arquitecto Domènech i Montaner fue pionero en querer reflejar un carácter propio del pueblo catalán mediante la escultura.

Sus edificios muestran una amalgama de racionalismo y exquisita ornamentación. En sus obras se contempla una inspiración hispano-árabe, así como un gusto por los trazados curvilíneos.

El Palau de la Música y el Hospital de Sant Pau son sólo algunas muestras de la belleza de las edificaciones de este arquitecto, que sentó los pilares del modernismo catalán. Pero su trabajo va más allá de Barcelona, y una de sus obras más conocidas es el Instituto Pere Mata, en Reus (Tarragona).

El colosal Hospital de Sant Pau tardó en construirse 30 años. Y, de hecho, en el proyecto inicial debía tener casi el doble de pabellones, pero finalmente quedaron 27.

Pero es el Palau de la Música el espacio que mejor conserva el encanto de este arquitecto, y goza de mejor estado de conservación tras haber sido restaurado.  Tan vital es en el modernismo catalán que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987.

Las paredes muestran hoy de nuevo decoraciones y símbolos que durante el franquismo fueron ocultados. Pero llama la atención especialmente la boca del escenario, una escultura que evoca la Cabalgata de las Valkirias a un lado y el busto de Beethoven en el otro.

Puig i Cadafalch y Jujol

Puig i Cadafalch, natural de Mataró, fue discípulo de Montaner y se le considera el último representante del Modernismo y el primero del Noucentisme.

Una de sus obras más celebradas es la barcelonesa Casa Ametller, un palacio gótico urbano que presenta rasgos del arte flamenco. Otras reputadas obras suyas son la Casa Macaya o la de Les Punxes.

De oro lado, Josep María Jujol, como estrecho colaborador de Gaudí, forjó una obra personal en la que destaca la sensibilidad por las formas naturales y paisajes rurales, el detalle artesanal, la religiosidad y la reutilización de materiales de desecho.

Su trabajo fue vital para la consecución de obras que llevan el sello de Gaudí, como la Casa Milà, la Casa Batlló o el Parque Güell.

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