'American Tabloid': la serie que unirá a Irvine Welsh ('Trainspotting') con Bret Easton Ellis ('American Psycho')

¿Cuál es el mayor nivel de ácido que puede contener una disolución? En formato serie, la futura American Tabloid podría darnos una respuesta contundente a esa duda. En ella confluirán las afiladas, incisivas y cauterizantes plumas de Irivne Welsh y Bret Easton Ellis.

El escritor escocés –autor de libros tan furiosos como Trainspotting, Acid House, Escoria o Si te gustó la escuela, te encantará el trabajo– y el estadounidense –responsable de los no menos agresivos Menos que cero, Las leyes de la atracción, American Psycho o Glamourama– van a colaborar en una serie de contenido explosivo.

American Tabloid abordará el mundo de los tabloides y el sensacionalismo mediático con el particular estilo irreverente, satírico y, seamos claros, salvajemente agresivo de sus dos autores.

A lo largo de varias décadas, la serie contará la historia de una publicación semanal que deja la corrección política, los valores morales y la ética en la puerta. Por qué será que no nos extraña.

"Para hacer justicia a este proyecto siempre hemos sabido que necesitábamos unos escritores que no se cortaran ante nada y estuvieran dispuestos a ir allá donde otros no se atreven", ha declarado la productora Shelley Hammond, de la británica Burning Wheel. "Estamos encantados y listos para llegar a un acuerdo con Bret e Irvine".

Será la primera vez que colaboren dos escritores fundamentales para entender la literatura de la Generación X y la última década del siglo XX. Adaptados con irregular fortuna en el cine, cada uno por su lado ha dado pie a películas rompedoras y emblemáticas como las adaptaciones de Trainspotting (Danny Boyle, 1996) o Las reglas del juego (Roger Avary, 2002), entre muchas otras: Golpe al sueño americano (1987), The Acid House (1998), American Psycho (2000), Filth, el sucio (2013), etc.

Tanto Welsh como Ellis también han escrito guiones directamente para el cine, no necesariamente basados en trabajos previos, como la colaboración del segundo con Paul Schrader en una muy incomprendida The Canyons (2013).