Tras una larga batalla contra el cáncer, ha fallecido en Encino (Los Ángeles) el reputado director y animador Kelly Asbury. "Una de las personas más admiradas y queridas de la industria", según le ha descrito su representante a medios como The Hollywood Reporter, con una larga y prolífica carrera a sus espaldas que se remonta a principios de los años 80, cuando entrara a trabajar en Disney.
Los trabajos de Asbury como director, sin embargo, tuvieron lugar fuera de los márgenes de la Casa del Ratón, obteniendo una nominación al Oscar a Mejor película animada por su debut en este puesto colaborando con Lorna Cook: Spirit, el corcel indomable, estrenada en 2002. Convertido de pronto en uno de los grandes activos de DreamWorks, Asbury también firmaría Shrek 2 un par de años más tarde.
Antes de esto, Asbury había tenido como mentor a nada menos que el legendario Chuck Jones, responsable de Looney Tunes, y dentro de Disney estuvo involucrado en la animación de títulos tan significativos como La sirenita (1989), Los rescatadores en Cangurolandia (1990), La bella y la bestia (1991), Pesadilla antes de Navidad (1993), Toy Story (1995), James y el melocotón gigante (1996) o, en una etapa más reciente, Rompe Ralph y Frozen, de 2012 y 2013.
Para DreamWorks Asbury también ayudó a desarrollar El príncipe de Egipto (1998), Chicken Run (2000) y la propia Shrek (2001). En los últimos compases de su carrera, este animador texano se hizo con las riendas de Gnomeo y Julieta (2011) y Los pitufos: La aldea escondida (2017), siendo su última película como realizador UglyDolls: Extraordinariamente feos, estrenada el año pasado.
El trabajo de Asbury fue nominado a los premios Annie en tres ocasiones, y también prestó voz esporádicamente a alguno de los personajes de sus películas, como ocurrió en Shrek 2, Los pitufos: La aldea escondida o Gnomeo y Julieta.
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