Nuevo scooter SYM Fiddle II 125 S: estilo urbano al mejor precio

SYM nos conoce muy bien y sabe que las líneas redondeadas y clásicas tipo vespa tienen cierto tirón en Europa y en nuestro país. Ahora bien, ir al concesionario y preguntar por el precio de una moto scooter cien por cien italiano puede dar un susto a cualquiera.

Pero la oferta no se acaba allí, y alternativas tan agradables a la vista como el Fiddle II 125 S son una de las opciones con el precio más ajustado. Porque el estilo no es cuestión de dinero, sino de buen gusto.

En efecto, la diferencia de precio parece casi un disparate. Si la Vespa más parecida a este SYM podría ser la LX 125ie, la diferencia entre los 3.060 euros del scooter italiano y los 1.900 del taiwanés no son moco de pavo precisamente. Pero el Fiddle II 125 S tiene un competidor muy incómodo, pues el Kymco Like 125 se comercializa exactamente al mismo precio.

Las grandes armas del SYM, además de una gama de colores tan extensa que casi encontramos uno para cada cliente, es que ahora se incluye de serie el baúl portaequipaje trasero a juego con el color del scooter.

También suelen ser muy habituales en la marca las promociones de seguro gratuito durante el primer año, factor que puede ser determinante en la compra.

Naturalmente aquí no hablamos de la mecánica más eficiente del mercado, ni de la mejor capacidad de carga, ni de los frenos más sofisticados. Aquí se trata más bien de un scooter de buen ver muy enfocado para un uso urbano y con un funcionamiento sencillo y válido para hombres y mujeres de todas las edades.

Lo más habitual en la compra de un scooter como el Fiddle 125 es el tirón estético; si gusta, gusta mucho. Además, gran parte de la clientela suelen ser chicas que ven en un scooter de este tipo justo lo que necesitan. Sea como sea, dominan en él los contornos suaves y redondeados, con la presencia casi obligada de algunos componentes cromados como los retrovisores o los contornos de las luces.

La nueva generación del Fiddle también incluye unas llantas en color negro, quizá las culpables de que se haya incluido la letra S en su denominación. Con todo, está claro que en su diseño han priorizado los gustos europeos.

La unidad de pruebas era de color blanco combinado con el asiento de color beige. Este mismo color también lo encontramos en el soporte de la maleta portaequipaje, donde nuestro acompañante podrá apoyarse.

El marcador tiene el fondo blanco y goza de muy buena visibilidad, y la zona roja del velocímetro, que empieza en los cien por hora, parece ser un buen indicador de que no es un scooter precisamente rápido.

Es lo más habitual relacionar los bajos consumos con una autonomía que de mucho juego. Desafortunadamente, este no es el caso del nuevo Fiddle 125. Cierto que consume realmente poco, pues con 109 kilos de peso y una mecánica muy poco forzada se conforma con lo justo y necesario.

Pero es una lástima que el depósito sea tan pequeño, ya que con 5 litros tendremos que repostar bastante a menudo. Es decir, que después de circular poco más de cien kilómetros ya tendríamos que ir pensando en ello.

Por otro lado, esta sencilla mecánica de 125 está alimentada por carburador, con lo que los consumos no son todo lo contenidos que podrían llegar a ser.

El uso de este tipo de alimentación se nota sobre todo al arrancar en frío, momento en que el ralentí sube y no acaba de ponerse en su sitio hasta que el motor no ha entrado en calor. Se toma su tiempo incluso ahora en verano, con que deducimos que en invierno puede demorarse un poquito más.

Sus prestaciones son más bien justas, unos 9 caballos pensados casi que exclusivamente para un uso urbano. En este terreno sus aceleraciones son lo suficientemente buenas como para salir rápido del semáforo, y no se detiene hasta bien alcanzados los ochenta por hora.

Teniendo en cuenta que por ciudad no debemos pasar de los 50, su motor es, simplemente, ideal para este tipo de desplazamientos. Además, raro será que el cliente que se sienta atraído por el Fiddle II 125 S esté obsesionado u obsesionada por la velocidad.

Comparado con las medidas de algunas Vespa, el nuevo SYM Fiddle es un scooter tirando a pequeño. Aún así, no falta el espacio por ningún sitio. En la zona de las piernas gozamos de total libertad, reforzada además por la plataforma plana.

En este sentido, y gracias al pequeño gancho, podremos cargar bolsas entre las piernas sin ninguna dificultad. También se han integrado en la plataforma unos pequeños salientes para que nuestro acompañante pueda apoyar los pies. De hecho, el asiento es espacioso incluso para circular a dúo de forma habitual.

En cuanto a la capacidad de carga, aumentada por la maleta trasera que ahora viene de serie, es buena pero podría ser mejor. Bajo el asiento hay un buen espacio, en un principio suficiente para poder dejar un casco integral. Nosotros no lo hemos conseguido, pero casi, así que estamos convencidos de que algún modelo habrá que entre más allá de los cascos tipo jet.

SYM parece haberlo tenido en cuenta porque la superficie del contra asiento, la misma que suele tocar con el casco, es flexible y permite forzar un poco al cerrar en caso de que sea necesario. Del mismo modo, sí que logramos introducir el casco en la maleta trasera, no sin apuros. En todo caso, entre un espacio y otro, la capacidad de carga es notable para un scooter tipo vespa, que no suelen tener en éste su punto fuerte.

Como ya hemos apuntado, el SYM Fiddle II 125 S es un scooter pequeño. Así pues, también goza de una altura de asiento muy contenida (740 mm) para que podamos apoyar el pie en el suelo con suma facilidad. En cambio, el manillar se encuentra en una posición muy lograda, ni muy baja ni muy alta, por lo que ni los conductores de medidas más generosas tocarán con las rodillas al maniobrar.

Por supuesto que cuanto más denso es el tráfico, más sentido tiene moverse con este SYM: gracias a sus estrechas ruedas de 12 pulgadas delante y detrás y a su ligereza tan acentuada, moverla en los espacios más reducidos es puro trámite.

En todo caso, su potencial como scooter urbano le saca puntos cuando tenemos que salir de la ciudad, aunque sea puntualmente. El motor empieza a estirar muy poco a poco pasados los ochenta por hora, y la estirada final no es muy alta.

Naturalmente, unas ruedas tan pequeñas no están del todo pensadas para salir a la carretera. Lástima porque la pequeña pantallita protege algo del viento, aunque parece más bien un elemento estético que ofrece cierta protección que no una ayuda real para viajar por carretera. Además, con cinco litros de combustible en el tanque no podremos plantearnos grandes cosas lejos de los desplazamientos más rutinarios.