Un garbeo por la cocina de verano del Norte de España

  • Asturias comparte con Galicia la pasión por las empanadas.
  • Los pimientos de Padrón constituyen un símbolo de la huerta gallega.
  • La huerta de Navarra: espárragos, pimientos del piquillo, cogollos, tomates, etc.
Una delicia con solo pulpo, patatas, sal gorda, pimentón y aceite de oliva.
Una delicia con solo pulpo, patatas, sal gorda, pimentón y aceite de oliva.
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Una delicia con solo pulpo, patatas, sal gorda, pimentón y aceite de oliva.

Si la brújula de nuestro viaje de verano apunta hacia el norte de España, tendremos ocasión de disfrutar de los mejores platos de la temporada como los oricios (erizos de mar), en Asturias, que se comen en revuelto, tortilla, croquetas o aliñados. Y aunque parezca inverosímil, en tierras asturianas se comen las fabes con almejas y en pleno mes de agosto.

Si optamos por otros platos, podemos optar por las sardinas o corderos asados, un rico bonito o un tradicional pastel de cabracho (que se sirve frío y resulta ideal para combatir las altas temperaturas), tortilla de patatas, quesos, calamares y pimientos de padrón, todo regado con sidra o sangría de sidra.

Asturias comparte con Galicia la pasión por las empanadas –de carne, pescado o verduras–; un plato frío muy sabroso e ideal para ir acompañado de una ensalada.

El pulpo gallego

En las tradicionales ferias del comercio de ganado, fiestas y romerías, se acostumbraba a tomar el pulpo a la feira. Hoy se come en cualquier época del año y se presenta cocido con cachelos (patatas) y aderezado con sal gorda, pimentón y aceite de oliva (el famoso Pulpo a la Gallega).

El mar Cantábrico ofrece excelentes almejas, bogavantes, berberechos, nécoras, centollos, percebes, cigalas, langostas y mejillones, ideales para el verano. Igualmente los pescados son magníficos: lubinas, merluzas, bocartes, sardinas asadas y el bonito, protagonista del marmitako vasco.

Ensaladas, legumbres y pinchos

Dice el dicho: “Pimientos de Padrón, unos pican y otros no”, pero lo cierto es que, más allá de dejarlo al azar, constituyen un símbolo de la huerta gallega, con su propia Denominación de Origen.

Si preferimos una sencilla ensalada, podemos elegir la mixta (con lechuga, tomate, cebolla y atún) que se convierte en un manjar refrescante en días calurosos. Pero con las ensaladas podemos poner a volar la inventiva mezclando ingredientes como: pasta, queso, espinacas, berros, aguacate, canónigos, endivias y zanahorias. Una apetecible opción, ligera, fresca y muy saludable, pensada como plato único o como acompañamiento de una carne o pescado.

En el norte de España es muy habitual el consumo de legumbres. Los guisos de invierno dan paso a las ensaladas de habas, judías o garbanzos, acompañadas de cebolla, tomate, sal, aceite y vinagre.

En el País Vasco no faltan los pintxos, que adornan las barras de bares y tabernas. Aprovechando el buen tiempo es ideal poner en práctica el txikiteo (ir de tapas por diversos bares en las callecitas de San Sebastián, Vitoria o Bilbao).

Espárragos, pimientos del Piquillo y frutas

No podemos olvidar la magnífica huerta de Navarra, con sus espárragos, pimientos del piquillo, cogollos, tomates, coles, berzas, acelgas y cardos; excepcionales para las menestras.

Para paliar el calor, nada mejor que un trozo de fruta fresca. Así podremos escoger entre: melón, sandía, melocotón, nectarina, cerezas, higos, peras de San Juan o ciruelas. Todos aliados nutritivos y perfectos para cerrar cualquier comida.

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