Asturias

Tres detenidos por explotar sexualmente a dos mujeres en un local de alterne de Avilés

Agentes de la Policía Nacional de Avilés han detenido a tres personas integrantes de un grupo que explotaba sexualmente a dos jóvenes rumanas en un local de alterne de la ciudad. En un comunicado de prensa emitido este viernes les considera autores de un delito de tráfico de seres humanos.

Fueron las propias jóvenes las que acudieron a la comisaría de Avilés para denunciar la situación a la que estaban sometidas. Habían accedido a ejercer la prostitución en este club de alterne, pero con unas condiciones laborales absolutamente distintas a las que este grupo les estaba imponiendo.

Habitualmente eran sometidas a jornadas laborales de más de 12 horas, descansando únicamente dos días al mes. Eran obligadas a atender a cierto tipo de clientes de los locales con los que ellas no querían estar y con unas "compensaciones económicas absolutamente irrisorias", según se ha indicado en el escrito.

El dueño del local les marcaba el precio que podían cobrar a los clientes, quedándose este con el dinero total del primer pase, es decir el primer cliente del día y entregándoles 5 ó 10 euros de los siguientes pases. Además, se les había prometido que las ganancias de las consumiciones se repartirían el 50%, estableciendo un precio en función de si se consumían en la barra del bar, en la habitación o en el privado. Nunca llegaban a ver este dinero, según las explicaciones de la Policía Nacional.

Además, las condiciones higiénicas en las que debían ejercer la prostitución eran totalmente insalubres, sólo se les facilitaban un preservativo y un jugo de sábanas desechables.

Los detenidos son el dueño de varios locales de alterne ubicados en la comarca de Avilés así como varios en Oviedo; un individuo, que además de ejercer las labores de seguridad en el interior de uno de los locales, era el encargado de recoger a las mujeres en sus domicilios y trasladarlas a su lugar de trabajo y por una madame, que ejercía un control férreo sobre las mujeres asumiendo la contabilidad y sanciones económicas.

Esta mujer era la encargada de entregar a cada una de las chicas las ganancias conseguidas a diario. La cantidad nunca superaba los 20 euros aunque hubieran estado trabajando doce horas seguidas, y esto era posible, debido a un sistema de multas que habían puesto en marcha.

Las multas impuestas eran por las circunstancias más peregrinas, unas veces por taparse cuando tenían frío, otras por retirarse a la habitación cinco minutos antes del cierre o por no querer mantener relaciones sexuales con determinados clientes.

En el registro de los clubs y los domicilios de los locales se localizaron varios sobres con el dinero recaudado en los locales, 950 euros, así como innumerables cuadrantes y anotaciones de los servicios sexuales realizados por las mujeres.

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