'Expediente Warren: The Conjuring'

Con sólo 27 años James Wan le dio un revolcón el género de terror al dirigir Saw. Desde entonces el joven cineasta malayo ha ido tanteando diferentes alternativas con más o menos éxito: los mejorables ejercicios de estilo de Silencio desde el mal y Sentencia de muerte y esos antecedente más o menos evidentes de Expediente Warren: The Conjuring que son los dos capítulos de Insidious. A su manera cada uno ha sido un pasito que desemboca a este filme con hechuras de clásico desde el minuto uno.

Porque casi una década después de su debut Wan estaba preparado para afrontar un nuevo reto. Expediente Warren: The Conjuring exuda aires a la era dorada del cine de terror, aquella década de los 70 que nos legó modelos todavía no superados como El exorcista, El resplandor, La noche de Halloween o La profecía. Un poco de todas ellas hay en el filme protagonizado por el actor fetiche de Wan, Patrick Wilson, y (toda una declaración de intenciones) la musa indie Lili Taylor. Pero El exorcista es por motivos obvios aquella con la que cabe hacer una conexión inmediata, tanto por la temática de la posesión demoníaca como por ese recurso que tan bien funciona siempre, el de la “historia basada en hechos reales”.

Los extras, breves pero muy interesantes de la edición combo que publica Warner, apuntan precisamente por ahí. La película arranca con la historia de dos personajes históricos muy interesantes, el matrimonio formado por Ed y Lorraine Warren.

Los Warren formaban una extraña pareja. Ed se interesó por la parapsicología cuando volvió de luchar en la II Guerra Mundial, fue un pionero en la utilización de sistemas de grabación de audio y vídeo para captar la presencia de espíritus, tal y como se muestra en la película, instrumentos que a día de hoy se han normalizado entre los estudiosos de este tipo de fenómenos. Y otra cuestión capital en la que se hace hincapié en el filme es que durante muchos años fue el único civil autorizado por la Iglesia Católica para llevar a cabo exorcismos. A su lado, su mujer Lorraine ejercía como clarividente y médium y por tanto era la parte de la pareja que teóricamente asumía la parte más arriesgada al contactar directamente con los entres del más allá.

Aunque los Warren son recordados sobre todo por el episodio de la casa encantada de Amytville (que se llevó en numerosas ocasiones a la gran pantalla en producciones las más de las veces de pequeño presupuesto) Expediente Warren: The Conjuring hace referencia a otro caso también vinculado a una casa encantada, el de la familia Perron y los efectos que sobre ellos, y más concretamente sobre la madre tuvo habitar una casa presuntamente encantada.

En los adicionales Una vida en la demoniología: Un viaje al mundo de los muertos vivientes con Lorraine Warren experta en demoniología y sucesos paranormales y Expediente Warren: The Conjuring: Cara a cara con el terror se nos aportan estos y otros detalles biográficos, además de presentarnos a la familia Perron hoy, aunque (y el detalle no deja de resultar inquietante) la madre, que reconoce que se niega en redondo a ver la película, no aparece en ningún momento al lado de su marido e hijas. ¿Cuáles han sido los efectos de una historia que Wan trata como sobrenatural en esta típica familia americana?. ¿Qué datos nos revelan estas breves entrevistas a cámara sobre la historia real que se vivió dentro de la casa? Si para algo deben servir los adicionales de un blu ray es para plantearnos estas preguntas y, en la medida de lo posible, para darles respuesta…