Zamora

El Cabildo de Zamora sufraga los 1.500 euros de la restauración de la obra Virgen María con el Niño Jesús y San Juanito

Responsables del Museo Catedralicio de Zamora presentaron esta mañana los resultados de la restauración de la obra Virgen María con el Niño Jesús y San Juanito, una de sus piezas principales, y que ha tenido un coste de 1.500 euros sufragados en su totalidad por el propio Cabildo.

La escultura, labrada en mármol blanco de Carrara y atribuida al escultor burgalés Bartolomé Ordóñez, ha experimentado una restauración durante dos meses centrada en las labores de limpieza.

La responsable de la restauración, Patricia Ganado, explicó que antes de comenzar los trabajos, que contaron con el visto bueno de Patrimonio, se realizaron las pruebas previas para comenzar posteriormente con la limpieza de la escultura.

La intervención se centró principalmente en la zonas que se presentaban más ennegrecidas como en el pelo y cejas de la Virgen y también en la parte baja de la obra, donde encontraron mucha cera que atribuyen a la época en la que estuvo expuesta al culto.

Toda la actuación estuvo supervisada por el Departamento de Inorgánico del Centro de Restauración y Conservación de Simancas.

El director del Museo Catedralicio de Zamora, José Ángel Rivera de las Heras, recordó que esta obra, que representa a la Virgen con sus Jesús y su primo San Juan Bautista se atribuye al burgalés Bartolomé Ordóñez, escultor renacentista que ejerció la mayor parte de su obra durante las primeras dos décadas del siglo XVI.

Rivera de las Heras explicó que no está documentado cómo esta obra llegó a Zamora, pero estuvo mucho tiempo en el ya desaparecido monasterio de los Jerónimos, para pasar después a la Catedral, donde se ha convertido en una de las piezas más importantes del Museo Catedralicio.

Por su último, el deán presidente y doctoral del Cabildo de la Catedral, Juan González, expuso "la emoción" que se siente al ver el gesto del Niño Jesús cuando San Juanito le ha quitado el pájaro, un gesto con el que se refleja la humanidad de Jesucristo.