[Crónica In-Edit 2013] Cuando Harry Dean Stanton coincidió con el doble de Jack Black

Jornada de contrastes en el In-Edit con Harry Dean Stanton: 'Partly Fiction', fascinante retrato de uno de los personajes más enigmáticos de Hollywood y 'Mistaken for Stranges', el disparatado documental sobre The National. Por ORIOL RODRÍGUEZ
[Crónica In-Edit 2013] Cuando Harry Dean Stanton coincidió con el doble de Jack Black
[Crónica In-Edit 2013] Cuando Harry Dean Stanton coincidió con el doble de Jack Black
[Crónica In-Edit 2013] Cuando Harry Dean Stanton coincidió con el doble de Jack Black

¿A quién coño le importa que el In-Edit programe un largometraje que no es estrictamente musical, cuando se trata de una película tan maravillosa comoHarry Dean Stanton: Partly Fiction?

Sentado junto al actor, fumando en cadena y bebiendo, como no, una inmensa taza de café, David Lynch asegura que lo mejor de las interpretaciones de Harry Dean Staton son sus silencios entre frase y frase. En ese momento, la cámara pasa de un plano medio que captura a las dos personajes, a un primer plano del rostro de Staton. La lente busca una respuesta, un réplica a las palabras del cineasta, pero Harry da una calada a su cigarrillo y calla. No es un omisión incómoda, es un intervalo, una sosegada elipse temporal que retrata un rostro que es como un hoja de papel arrugada y unos ojos vidriosos que rehuyen el contacto directo pero te acaban hipnotizando. Tiene razón el guionista Sam Shepard cuando afirma que la historia del protagonista de Paris, Texas está escrita en su cara. Harry Dean Stanton: Partly Fiction es el intento por vertebrar en fotogramas la trayectoria de su figura central, una de las personalidades más enigmáticas y esquivas del universo hollywoodiense pero (aunque Staton habla, claro que habla de su infancia, de las mujeres, del cine, de sus amigos Jack Nicholson y Marlon Brando…) acaba transformándose en una cautivadora concatenación de pausas rotas por la interpretación de algunas de sus canciones favoritas.

Staton, que ha tenido que cantar en muchas de las más de 250 películas en las que ha participado, reconoce que le hubiera gustado probar fortuna en el mundo de la música; y aquí, con un hilo de voz quebrada, por momentos recordando al último Johnny Cash, el de la saga de los imprescindibles American Recordings, susurra clásicos como “Blue Moon”, “Tennessee Whiskey”, “Danny Boy”, “Blue Eyes Crying In The Rain” o “Cancion Mixteca”. Y cuando cierra los ojos y entona el “Everyboyd’s Talkin’” te quiebra el alma. Una fascinante historia verdadera, que de haber sido incluida en la sección oficial sería una de las más claras candidatas a hacerse con el galardón al mejor documental de este 2013.

La película que sí ha entrado en concurso pero que seguro que no se llevará el premio es Mistaken for Strangers. Aun así, tengo que he reconocer que viéndola me he reído hasta dolerme el estómago. Supuestamente un documental sobre The National, figuras destacadas de la actual escena indie rock, en realidad está mucho más cerca de una de las producciones de los hermanos Farrelly. Recapitulemos. Año 2010, los norteamericanos acaban de publicar su quinto disco, High Violet, y están a punto de emprender una gira mundial para presentarlo. Como serán un montón de meses fuera de casa actuando en grandes recintos, necesitan ampliar su nómina de roadies y contratan al hermano pequeño de su cantante, Matt Berninger. Algo así como una transmutación de Jack Black en School of Rock o Orange County, Tom Berninger es un simpático gordinflón, amante del heavy metal y apasionado de las películas gore. Su sueño es convertirse en director de cine, y en el hecho de emprender un tour con el grupo de su hermano ve la oportunidad de grabar un documental. Desde el primer día Tom está dando por saco con su cámara digital, olvidando que en realidad no está ahí para rodar un largometraje (ni tampoco para beberse las birras del grupo ni intentar ligar con la preciosa St. Vincent), sino para currar como roadie. La situación se va tensado a medida que va pasando el tiempo, hasta que finalmente le despiden. Evidentemente, la cosa no puede acabar así, y cuando The National finalizan la gira Matt instala a Tom en su casa de Brooklyn animándole a finalizar el documental.

Mistaken for Strangers es el simpático resultado de tal disparate. Acumulación de secuencias delirantes (mis favoritas: las surrealistas cuando no absurdas entrevistas que Tom realiza a los miembros de The National, preguntándoles aspectos tan relevantes como si cuando suben al escenario llevan sus carteras encima o las dejan en el camerino), que de forma velada también traza la vida de un grupo en la carretera y dibuja la relación fraternal entre el hermano mayor que ha visto realizado sus sueños convirtiéndose en una estrella del rock y el pequeño que, como un Peter Pan con sobrepeso, vive dando tumbos sin rumbo fijo.

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