[Crónica Sitges 2013] Juan Cavestany y Joss Whedon tiran de agenda

¿De qué se habla en Sitges? Llegar in medias res a un festival siempre supone mentalizarse para oír maravillas de todo aquello que te has perdido, detalladamente relatado por los que están allí desde el principio. Pero, esta vez, las vibraciones positivas hacia A Field in England o Vic + Flo ont vu un ours han estado teñidas por un malestar evidente entre los compañeros de profesión hacia decisiones del departamento de prensa que, por decirlo rápido y mal, han limitado al extremo la posibilidad de organizarse un calendario de proyecciones independiente al margen de los pases de prensa (que ni siquiera cubren la Sección Oficial al completo); es decir, estabulación de la crítica y crónicas clónicas con los mismos títulos. Más resumido todavía: una tendencia que no mola nada ni de ningún modo será beneficiosa para los lectores.

¿Qué has visto? Para ser uno de los más famosos festivales especializados en cine fantástico y de terror, es evidente que el espectro de programación de Sitges cada vez está más abierto y muchas películas ya ni siquiera albergan una pequeña excusa de género en su interior. De las cuatro primeras que vi ayer, sólo una era amoldable a la categoría: Willow Creek, un previsible relato found footage sobre el Big Foot que ha pergeñado Bobcat Goldthwait con mejores intenciones que resultado.

Con todo, algunos pasajes de Gente en sitios, de Juan Cavestany, consiguen generar mucha más inquietud y desasosiego que decenas de títulos de terror, precisamente porque sus dentelladas provienen de nuestro absurdo cotidiano. Como si fuera una versión humorística (el humor del miedo a lo conocido) de los 71 fragmentos de una cronología del azar, de Michael Haneke, o una resaca madrileña de Canciones del segundo piso, de Roy Andersson, el conjunto de microhistorias de Gente en sitios puede resultar más irregular que anteriores trabajos como Dispongo de barcos o El señor, pero intuyo que para Cavestany tiene mucho interés como catálogo humano de rostros, voces (es una continua sucesión de actores y actrices de cine y teatro, todos de su círculo cercano) y lugares.

Lo mismo ocurre con Much Ado About Nothing, la adaptación shakespeariana que Joss Whedon rodó durante la producción de Los Vengadores. Su valor como reunión de amigos y viejos conocidos del whedonverso es más estimulante que como adaptación (ya sabemos que la comedia de Shakespeare es una de sus muchas obras cumbre), aunque todos los intérpretes sin excepción hacen un gran trabajo y muchos, como Alexis Denisof, Amy Acker o Nathan Fillion, destacan por el background afectivo que infieren a sus personajes. Otro álbum de fotos y recuerdos personal cuyo autor comparte con nosotros. También: Clark Gregg bailando. Hay que verlo.

¿A quién has visto? Además de un par de photobombings involuntarios a costa de Álex de la Iglesia y Takashi Miike (ups!), varios directores presentando sus películas. El mejor, Bobcat Goldthwait, aprovechando que tenía una traductora a su disposición para disfrutar obligándole a decir "pene".

¿Qué imagen se te ha quedado grabada? El delirio dipsómano de L'étrange couleur des larmes de ton corp, segundo largometraje de Hélène Cattet y Bruno Forzani (directores de la imprescindible Amer), está lleno de juegos audiovisuales y afilada metralla narrativa (que, en sus momentos más flojos, llegan a saturar y repetirse), pero nunca se me olvidará la aparición del título, con grandes letras rojas sobre imágenes caleidoscópicas de edificios que parecieran estar emergiendo de la tierra gracias a los altavoces del cine Retiro, que anoche fueron bien puestos a prueba.

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