Caravaggio: En cuerpo y alma

Michelangelo Merisi escogió llamarse Caravaggio, como el pueblo de origen de sus padres. Hizo uso de su libertad hasta para cambiarse el nombre y esa libertad fue su bandera y su cruz toda la vida. Su lucha interna, su constante inquietud se trasladaban a su arte, a las caras de terror extremo de la Medusa y su propio autorretrato, que mira con disgusto su obra, en El martirio que creó para la Capilla Contarelli. Caravaggio: En cuerpo y alma, el documental dirigido por Jesús Garcés Lambert, se adentra en la obra del artista al detalle, los rostros cobran aún más vida, las torsiones de sus protagonistas se hacen más reales, la nada en sus fondos oscuros más infinitas.

Observarlos mientras una voz en off desentraña la psicología de un genio que de solitario no tenía nada, y de atormentado todo, por su ansia de ser libre, de saltarse su fama y las leyes que marcaba el mundo del arte entonces, dominado por su pretenciosidad. Con su espada como “leal compañera” se metió en tantos problemas que a punto estuvo de ser condenado a muerte, por decapitación, quizá de ahí su obsesión por los decapitados (La decapitación de San Juan Bautista es una de sus obras maestras). Solo media docena de entrevistas cortan la narración en off que pasa de la explicación de su vida y obra, completamente entrelazadas, a la lectura de escritos del propio Caravaggio. La imagen de estos son recreaciones artísticas, performance audiovisuales que rompen y sorprenden. Mejor es seguir mirando con lupa cada pincelada de la obra de este genio oscuro del que aún seguimos descubriendo secretos, como el más reciente, que no dio tiempo a meter en el documental, sobre la causa de su muerte.