De compras y manjares por las ciudades de Marruecos

  • Sus artesanos bereberes trabajan los metales preciosos de forma excepcional en pulseras, cinturones, sortijas, pendientes...
  • Para acceder a estos artículos artesanales basta con buscar un zoco.
  • El cuscús (sémola, verduras y pollo o cordero) es uno de los platos típicos.
  • Para postre, dátiles, "bstila", a base de leche de almendras y hojaldre, o los "beghrir", crepes con miel y mantequilla.
Un cuscus al modo en que se prepara en el Norte de Marruecos.
Un cuscus al modo en que se prepara en el Norte de Marruecos.
FLICKR/jotunbani
Un cuscus al modo en que se prepara en el Norte de Marruecos.

Marruecos ofrece una amplia variedad de objetos artesanales de gran calidad. Aún no se sabe dónde tienen su origen sus apreciadísimas alfombras (especialmente en Rabat) pero lo que sí es cierto es que datan del siglo XVIII y son los únicos tapices marroquíes diferentes a las beréberes, mucho más antiguos, y con inspiración oriental.

Diseñadas y bordadas por las mujeres marroquíes, estas alfombras se caracterizan por ser de pura lana virgen; largas y estrechas, debido a la forma de las "jaimas"; de dibujos geométricos y de tintes naturales.

Caftanes, cojines, manteles...

Viajar a Marruecos es también una buena oportunidad para comprar joyería. Los artesanos bereberes trabajan los metales preciosos de forma excepcional en pulseras, cinturones, sortijas, pendientes...

Otro de los artes más característicos del país es la obra de la bordadura, que ofrece un toque diferenciador a pantalones, caftanes, cojines y manteles. Similar es la marroquinería, una destreza típica de Marruecos y adquirida desde tiempos ancestrales, que se impregna en carteras, babuchas, pantalones, chaquetas, cazadoras... Un arte que se ha exportado a todos los puntos del planeta.

Para acceder a estos artículos artesanales basta con buscar un zoco y disponer de unos cuantos dirhames, la moneda oficial del país.

Una cocina milenaria

Marruecos propone una cocina con más de dos mil años de historia y un sin fin de deliciosos platos que conservan sus sabores originales gracias a una preparación artesanal en barro cocido, sobre fuego o carbón de leña.

Guisos que entran no sólo por la boca sino que llegan a casi todos los sentidos: el gusto, la vista, el olfato... y el tacto, pues en este país lo más común es comer con las manos, concretamente con los tres primeros dedos, por eso, es muy importante el pan, que ayuda a empujar los alimentos y constituye un elemento sagrado.

En Marruecos el almuerzo es la comida más importante del día y se compone generalmente de una ensalada y de alguno de los platos más típicos de la tierra, como por ejemplo un exquisito cuscús (a base de sémola, verduras y carne) con pollo o cordero, normalmente cocinado con limón.

Dulces muy dulces

También son característicos los "tajines", unos guisos estofados de cordero y verdura cocinados a base de especias, miel o melocotón. Y de postre nada mejor que unos exquisitos dátiles de la región o unos dulces tradicionales como la "bstila", a base de leche de almendras y hojaldre, o los "beghrir", crepes con miel y mantequilla.

Sin embargo, el banquete no finaliza aquí, deberá acompañar a los comensales en su tradicional té de hierbabuena que facilita la digestión.

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