Tras la muerte de la reina Isabel II el pasado mes de septiembre, el resto de miembros de la familia real británica han ido adquiriendo cada vez más protagonismo. La princesa de Gales, Kate Middleton, es una de las que más se deja ver en todo tipo de actos.
Y tal y como han advertido los expertos en la familia real, la esposa del heredero está siguiendo a rajatabla la que era la primera norma de su abuela política a la hora de vestir en público.
El secreto no es otro que apostar por colores muy llamativos. La reina solía lucir clásicos conjuntos de sombrero, chaqueta y falda, en colores nada discretos, muy vivos.
La reina sostenía que era la manera que tenía de asegurarse que todo el mundo la pudiera ver, sobre todo habida cuenta su estatura (poco más de 1,60 metros) y de que en sus apariciones públicas había decenas de miles de personas.
La duquesa de Edimburgo, Sofía, explicó en un documental la teoría de la monarca: "Tiene que sobresalir para que la gente pueda decir: 'Vi a la reina'. No olvidemos que cuando ella aparece en algún lugar, las multitudes son de dos, tres, cuatro, diez, quince filas de profundidad, y alguien quiere poder decir que vio un poco del sombrero de la reina cuando pasó".
Kate Middleton supera con creces la estatura de la difunta monarca (mide 1,75 metros), pero sí ha adoptado la costumbre de la reina de lucir colores que no pasen desapercibidos.
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