El invierno siempre fue más elegante y estas son las razones

La calidez de un día gris de lluvia se encuentra en un jersey de lana, una gabardina, una bufanda y probablemente una taza de café al llegar al trabajo. La ropa nos protege, literal y figuradamente, pero cuando llegan los días fríos también nos da más opciones, aunque simplemente sea porque llevamos más capas. 

Me gusta más cómo vestimos en otoño e invierno. Me parece que somos más elegantes. Y ahora que por fin parece que nos atrevemos al color en los meses fríos no hay excusa para no brillar aunque llueva. Para las que no nos sentimos muy cómodas enseñando piel, las medias nos permiten acortar las faldas. Este año, por cierto, vienen en infinidad de tonos, de muchos deniers (medida que indica el grado de opacidad de la media) y mates. Si quieres ir totalmente en tendencia combínalas con el color de los zapatos. No sólo vas a ir a la moda, sino que también alargarás ópticamente tu figura. Los looks monocromáticos es lo que tienen (y no sólo en negro, por mucho que nos empeñemos).

No sé a quién le leí una vez que es más fácil parecer elegantes cuando superponemos prendas. La magia de una buena combinación es la clave para crear uno de esos estilismos memorables y eso sólo lo podemos hacer con los termómetros en caída libre. Una camisa, un chaleco y un blazer oversize. Un pañuelo de seda simulando una corbata. Pantalones de vestir y sobre los hombros un guardapolvos. Sombrero para la lluvia cubriendo una coleta tirante y brillante, de esas que no dan opción a la humedad para causar desastres. Perfecta para la oficina, sí, pero también para cualquier evento si añades unos zapatos de tacón, unos pendientes espectaculares y unos labios rojos.

Saca los brillos

Invierno también significan fiestas, y aunque ya hablaremos de ello con más profundidad en unas semanas, no tenemos por qué esperar a las navidades para sacar la artillería pesada. Ya sabéis de mi afán por descontextualizar prendas. Jugar con combinaciones que antes podían parecer imposibles y que poco a poco, de tanto verlas en revistas, empiezan a 'entrarnos por los ojos'. Lo estáis notando ya en todas las tiendas, busca ahora en tu armario una versión que se adapte a tu estilo.

Unos vaqueros y un top de pedrería. Una falda de lentejuelas con una sudadera de algodón y unas deportivas. Un vestido y unas botas militares. Subir o bajar looks es cuestión de pequeños detalles y me atrevería a decir que cada vez podemos jugar más sin miedo al "qué dirán". No es cuestión de esperar a momentos especiales para sacar las joyas de la corona. Vale que no te vas a poner los tules para ir al banco, pero a lo mejor unas gafas un pelín más grandes (aunque no tengas miopía) pueden ayudarte a no odiar tanto la luz azul de la pantalla de tu ordenador. Amigas, avisadas estáis las gafas también van a ser un complemento total en estos días que ya están aquí.

Vincenzo Grillo

¿Y en casa qué?

Otro melón que tenemos que abrir es el de la ropa de estar por casa en esta época. Ya sea porque teletrabajas o para pasar un domingo frente a la chimenea (aunque sea el vídeo de llamas para la tele que tiene Netflix). No seas de esas que se pone un pantalón de pijama lleno de agujeros. Ayuda a bajar tu factura de la calefacción invirtiendo en un conjunto agradable de punto. Una chaqueta gordita, amorosa y confortable. Unos calcetines de esos que dan gusto con sólo tocarlos. Llegan los días de interior, vence la melancolía con estilo y un vino. La lluvia no es triste. El frío es elegante. Hacedme caso.

Estos días nos cubrimos más por necesidad, sí, para no pasar frío. Pero nos adornamos por gusto y para comunicarnos. Así que haz de ese gesto que tenemos en común todos los humanos al levantarnos una rutina que te haga empezar el día con la felicidad de que te guste lo que ves en el espejo. No es tan difícil. Palabrita. 

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