Entre goles y desigualdad: la (verdadera) situación de las futbolistas en España

El Barça, campeón de la Liga Iberdrola
El Barça, campeón de la Liga Iberdrola
EFE
El Barça, campeón de la Liga Iberdrola

No cabe duda de que el fútbol femenino vive una época de expansión y efervescencia en nuestro país, pero la plenitud se antoja todavía lejana. Para conocer los motivos por los que el deporte rey en nuestro país continúa siendo radical y dolorosamente diferente cuando lo practica un hombre que cuando lo practica una mujer, hablamos con Danae Boronat, periodista de Mediapro y presentadora de programas de fútbol en Movistar Plus, así como con Mayca Jiménez, periodista especializada en fútbol femenino, acerca de por qué la sociedad continúa dando balonazos a las futbolistas, a sus salarios y sus derechos. “Estamos a las puertas de la profesionalización de la Liga. Se ha avanzado en gran medida en cuanto al nivel del juego en el fútbol femenino en los últimos años, pero se está tardando mucho en tomar decisiones desde los despachos. Ya vamos tarde en la llegada de la liga profesional, aunque el retraso no importa ahora. Lo importante es que llegue de verdad y que se dé un paso más”, comenta Mayca. Por su parte Danae, tras recalcar que el fútbol femenino en España se encuentra en fase de crecimiento y expansión, aclara que todavía está inmersa en la etapa de los gestos y de las palabras, por lo que la necesaria apuesta real, que es la que realmente podría cambiar las cosas, aún parece encontrarse lejos. “Todavía cuesta mucho que las empresas inviertan en fútbol femenino. Hablan de igualdad, pero a la hora de patrocinar equipos y competiciones, se van al masculino. Sigue faltando voluntad real de consolidar una base a partir de la cual crecer con un modelo sostenible pero ético y justo”, asegura.

Mayca Jiménez, autora de 'Yo también quiero jugar al futbol'
Mayca Jiménez, autora de 'Yo también quiero jugar al futbol'
Ana Picos Photo

Hablando en plata… O no tanto

Al hablar de patrocinios, nos interesamos de inmediato por el aspecto monetario, pues los sueldos de los futbolistas masculinos son siempre noticia. Con la intención de reclamar sus derechos, las jugadoras españolas se unieron en 2019 y tras una histórica huelga, consiguieron un convenio profesional de trabajo que regula las condiciones, dignifica sus salarios y fija los derechos y las obligaciones de ellas y de los clubes. Sin embargo, al hablar de este espinoso tema con Danae Boronat, autora de Nos las llames chicas, llámalas futbolistas (Cúpula Editorial), nos explica que con dicho convenio colectivo, las jugadoras de primera división tienen supuestamente garantizado un sueldo de 16.000 euros anuales brutos, mientras que el de ellos es de 77.500 euros en segunda división.

“Una vez se haga profesional la liga de primera división, la promesa del CSD de que esta temporada ya fuera profesional se incumplió, permitirá negociar los derechos televisivos de los clubes y con ello aumentar sus ingresos. Si le das visibilidad a la liga, entrarán más patrocinadores y sus sueldos también podrían mejorar. La realidad es que solo clubes como el FC Barcelona, Atlético de Madrid o Real Madrid tienen capacidad económica para pagar más de lo que establece el convenio. Así pues, la mayoría de las jugadoras en España gana poco más de 1.000 euros al mes”, asegura. 

Danae Boronat, autora de 'No las llames chicas, llámalas futbolistas'
Danae Boronat, autora de 'No las llames chicas, llámalas futbolistas'
D.R.

“No es que las jugadoras quieran cobrar como ellos ahora mismo. Lo que reclaman es tener un mayor salario mínimo, que ahora mismo es de 12.000 euros brutos al año en jornada parcial al 75%. Para que se vea la diferencia, el salario mínimo profesional en Primera masculina es alrededor de 155.000 euros anuales”, añade Mayca Jiménez, autora de Yo también quiero jugar al fútbol (Lunwerg).

Por su parte Megan Rapinoe, ganadora de una medalla de oro olímpica y dos veces campeona de la Copa Mundial Femenina, en One Life (Libros Cúpula), también incide en la importancia de lograr la equidad salarial. “Uno de los problemas que tenemos las mujeres a la hora de pedir aumentos de sueldo es que se nos ha socializado para que no formulemos demandas «egoístas». Podemos apelar a nuestras familias o hablar en nombre de una causa o una campaña, pero si solo estamos exigiendo lo que nos corresponde por nuestro propio trabajo, somos susceptibles de ser consideradas avariciosas. Y la situación no se resuelve cuando ya tenemos ese dinero; se supone, además, que debemos sentirnos mal por gastárnoslo”. Por su parte Andrés Iniesta, jugador Vissel Kobe, aclaró que no se trata únicamente de paridad deportiva, “sino también de paridad económica porque eso, al final, acaba repercutiendo en nuestro deporte”.

'Yo también quiero jugar al futbol', Mayca Jiménez
'Yo también quiero jugar al futbol', Mayca Jiménez
D.R.

La importancia de las voces masculinas

Al hablar de Iniesta, resulta imprescindible recordar lo necesario que resulta que los futbolistas muestren su apoyo a sus compañeras haciendo autocrítica y analizando la realidad. "Desde un primer momento no hemos sabido elevar el fútbol femenino, y la culpa de no darle el valor que merece es de todos: del fútbol masculino, de la Federación, de la Liga, y también de las instituciones y de los gobiernos", dijo Iker Casillas. ¿Puede ser el silencio de sus compañeros masculinos una muestra de que tienen miedo a que el fútbol femenino crezca? Mayca Jiménez así lo cree, pero añade matices. “Puede que tengan un poco de miedo en que haya que repartir más el pastel. Aunque creo que más que esto, se trata de un menosprecio al fútbol femenino por el hecho de que sean mujeres. Al final se creen que ellas no pueden ser tan buenas como ellos. No se dan cuentan que las jugadoras ni compiten, ni quieren competir, con el fútbol masculino. Quieren ser fuertes por sí mismas y mejorar año a año, sin la obsesión de que tengan que seguir los pasos del fútbol masculino. Evidentemente, hay en muchas cosas en las que seguirán sus pasos, como la constitución de una Liga profesional independiente, la venta unificada de derechos televisivos, etc. Pero no están obsesionadas con ser como ellos. Dicho esto, no creo que sea bueno generalizar, ya que también hay jugadores que han dado su apoyo en muchas ocasiones al fútbol femenino. Aunque sí que sería de gran ayuda que ellos se posicionaran más públicamente a favor del fútbol femenino”, afirma. 

“La mayoría, no todos, no lo apoyan públicamente y una de las explicaciones es el miedo a que ellas crezcan, atraigan más interés y reclamen mejores condiciones económicas a los clubes y federaciones, lo que obligaría a repartirse el pastel. El egoísmo de mantener el estatus que ostentan podría explicar esta falta de empatía y compañerismo hacia ellas”, indica Danae. Mayca señala lo importante que es la ayuda de los hombres a la hora de allanar el camino para el fútbol femenino. “Es importante que lo hagan bien sea como consumidores de fútbol femenino, como dirigentes de empresas e instituciones o como padres. Que todos tengan un mayor compromiso y apoyen al fútbol femenino es esencial para que esta categoría siga creciendo”, sentencia.

'No las llames chicas, llámalas futbolistas', de Danae Boronat
'No las llames chicas, llámalas futbolistas', de Danae Boronat
D.R.

La lucha por la visibilidad y por mayores referentes

Prueba de la invisibilidad de la que es víctima el fútbol femenino fue el Mundial de Francia de 2019, en el que Jenni Hermoso anotó un memorable gol. La futbolista, zurda, golpeó con la derecha fabricando una parábola perfecta, algo que planteó una necesaria reflexión: habían sido las futbolistas las que habían paralizado durante unos instantes al mundo con tal proeza, pero faltó algo para hacerlo a lo grande: una televisión. Desde entonces se han intentado cambiar las cosas, pero el avance resulta tan lento como molesto. “Esta temporada la primera división femenina ha sido prácticamente invisible en la televisión. La mayoría de partidos de primera división no se han retransmitido, y así es muy difícil que los aficionados creen un vínculo con su equipo. Necesitan verlas jugar para poder crear un hábito, una costumbre y un interés continuado”, comenta Danae Boronat.

En Yo también quiero jugar al fútbol, Mayca Jiménez recoge las historias de cuarenta pioneras que no dudaron en perseguir su futuro con el balón a los pies. Cada nombre anima a las niñas a perseguir sus sueños, y por ello preguntamos a Danae y Mayca cuán importante es que niños y niñas tengan a mujeres futbolistas como referentes. “Es vital para que las niñas crean en que pueden jugar al fútbol. Cuando era niña, no recuerdo haber visto nunca a una jugadora en la televisión. Y, como yo, muchas niñas. Hay jugadoras de mi edad que empezaron a jugar al fútbol sin pensar en que pudieran dedicarse a ello de manera profesional. Jugaban por afición y echaban de menos esas referentes femeninas. Que ahora las niñas crezcan con ejemplos como los que aparecen en el libro es muy importante”, comenta Jiménez. Danaeo recalca que “en la niñez es difícil desear llegar a algo que no existe en tu vida, por lo que si nunca has visto a una mujer jugar al fútbol, es muy difícil como niña que pienses en ser jugadora de fútbol. En este momento, el hecho de que se empiece a ver el fútbol femenino en los medios de comunicación y en las redes sociales hace que niñas y niños lo normalicen y que puedan tener a una futbolista como referente, que puedan admirarlas igual que a ellos porque las sitúan a un nivel parecido”.

La periodista especializada en deporte quiere recordar el motivo por el que es de vital importancia que los hombres allanen el camino para el fútbol femenino: son los que siguen siendo, mayoritariamente, los que mandan y deciden en este deporte. “Si los políticos, dirigentes de las federaciones, de los clubes y los entrenadores no contribuyen de forma activa a erradicar las desigualdades, no será posible. Todavía muchos se oponen a tratarlas igual que a ellos en cuanto a los medios que les aportan para que su talento crezca: campos de entrenamiento, horarios, cuerpos técnicos y médicos, etc”, comenta. 

Para finalizar, le preguntamos a Mayca Jiménez si no son solo los prejuicios los que frenan el devenir de las futbolistas, sino si también la prensa y los titulares le ponen la zancadilla a las deportistas. “Creo que hay que hacer mucha autocrítica por parte de los medios de comunicación en este aspecto. No sé si el mal tratamiento del fútbol femenino que se produce en ocasiones en la prensa se debe a que haya menos mujeres en el periodismo deportivo. Lo que sí que está claro es que al final sigue habiendo machismo en la sociedad y, por ende, en los medios. Esperemos que esto vaya cambiando. Se ha mejorado mucho en los últimos años y creo que vamos en buena línea”, opina.

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