Teresa Viejo Periodista y escritora
OPINIÓN

¿Vives o existes?

Teresa Viejo durante su visita a Sierra Nevada
Teresa Viejo durante su visita a Sierra Nevada
Cortesía de Teresa Viejo
Teresa Viejo durante su visita a Sierra Nevada

El doctor en Neuropsicología de la Universidad de Wisconsin, Richard J. Davidson, ha descubierto que el estado de meditación o de observación contemplativa cambia las estructuras cerebrales en apenas dos horas de práctica, lo que me hace pensar que si nos esforzamos en modificar algunos hábitos de pensamiento a buen seguro lo lograremos. Si en dos horas meditando mudamos nuestro cerebro… qué no lograremos durante una semana diciéndonos “deja de pensar en negativo, alma de cántaro”. La pena es que los seres humanos no vivimos a la altura de nuestras capacidades y competencias, sino a la de nuestras creencias.

Este fin de semana he visitado Sierra Nevada por primera vez. No, no esquío, y siento vértigo en las alturas, pero como estoy en modo “redecoro mi vida” he decidido educar a mi cerebro acercándole a prácticas que antes rechazaba por sistema. Durante el ascenso hacia el pico Veleta (me quedé a 400 metros, como una campeona) me crucé con un grupo donde iba un hombre descalzo. “¿Una promesa?”, le pregunté. De cerca comprobé que era joven, en torno a treinta años, llevaba un 'piercing' con una cadena colgando de su nariz y las manos tatuadas. Supuse que el resto del cuerpo también. Vamos, que me apliqué a la atención plena de la que habla el profesor Davidson. “No, me gusta conectar con la tierra, sentir su vibración, y me hace encontrarme mejor, en paz conmigo mismo. Casi nunca uso zapatos, solo cuando mantengo reuniones con mis ejecutivos. El resto del tiempo, en casa, en mi despacho o por el campo, voy descalzo. No siento frío en los pies, ni siquiera en invierno”. Imaginé a ese ser surcando pedregales vestido de Armani maletín en mano y mi mente casi cortocircuita. Apenas nos despedimos del grupo una de mis amigas me suelta: “¿Qué? ¿Tú no habías declarado la guerra a los prejuicios? Tienes unos cuantos guerreando en tu cabecita ahora mismo, eh”.

Sierra Nevada
Sierra Nevada
Cortesía de Teresa Viejo

Los seres humanos cargamos tantas limitaciones como crédito otorguemos a unas creencias que nos cuesta revisar. Los motivos por los que nos acomodamos a ellas, por los que dejamos que muchas deriven en prejuicios que condicionan el acercamiento a otras personas, son complejos. A veces son las gafas por las que percibimos el mundo que nos rodea y prescindir de ellas nos genera inseguridad; otras, forman parte de nuestra educación o nos conectan con la familia, la infancia, lo que aprendimos siendo niñas, por lo que reducirlas a mera superchería sería tanto como defraudar a los nuestros. En ocasiones, ¿cómo vamos a eliminar una creencia si carecemos de otra que la sustituya y dé validez a esa forma de interactuar con los demás?

'?Vives o existes?' El título de este post invita a reflexionar
'¿Vives o existes?' El título de este post invita a reflexionar
Pixabay

Un hombre descalzo es un penitente, hasta que alguien nos muestra que puede ser la forma más sostenible y auténtica de andar. No hay sacrificio sino gozo en la determinación de prescindir del calzado. Si permaneciéramos en modo curiosidad encajaríamos nuestros descubrimientos con asombro, en lugar de pasarlos siempre por el tamiz de lo que entendemos como 'correcto o incorrecto'.

¿Cómo vamos a eliminar una creencia si carecemos de otra que la sustituya y dé validez a esa forma de interactuar con los demás?

A las creencias, por tanto, hay que ponerlas bajo la lupa de la curiosidad porque cuando las observamos con atención plena no solo comprobamos las que nos resultan válidas y las que ya son inservibles, sino que entendemos cuántos sesgos cognitivos nos apresan sin darnos cuenta, para a continuación desplegar nuestras verdaderas competencias. Tu pensamiento necesita curiosidad para alcanzar su propio criterio. Si no la usas, si no recabas información y dejas de hacer preguntas, la mayoría de las veces tu mente actuará en modo automático, por tanto dejarás de pensar y solo estarás opinando. Como decía Jung “pensar es difícil, por eso la gente juzga”.

¿Vives o existes? El título de este post invita a reflexionar, así que tómalo como un ejercicio para abandonar la actitud pasiva de la opinión calcada de otro y apostar por una idea propia, en suma entrenar tu pensamiento. Para existir requieres de respirar, y si me apuras un puñado de necesidades básicas más. Para vivir deberías dotar de sentido tu existencia y, por tanto, habitarte en plenitud. En este camino recuerda que toda observación interior contribuirá a mejorar tus estructuras cerebrales, de modo que… adelante.

Como decía Jung “pensar es difícil, por eso la gente juzga”

Con frecuencia, en cualquier mejora que deseemos, estamos aguardando a que algo a alrededor cambie y esto no llega nunca. Pero si lo hacemos nosotras, cambia todo.

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Periodista y escritora

Mi nombre es Teresa Viejo y soy una contadora de historias, que estudia los efectos de la curiosidad en el comportamiento humano. Gracias al periodismo he observado la vida desde ángulos muy variados, pero tras muchos años entre focos sé que la mejor luz la emitimos las personas, por eso te descubriré a mujeres inspiradoras a quienes les ha “salvado” su curiosidad. ¿Cómo? Ya lo verás. También dirijo programas y escribo libros, la mayoría novelas de misterio, menos el último que se lo he dedicado a nuestra principal competencia –“La niña que todo lo quería saber. La curiosidad: claves para una vida más inteligente y feliz”-. También conduzco “La Observadora” en RNE y practico la Comunicación No Violenta y la Indagación Apreciativa. ¡Ah! Ser Embajadora de UNICEF me llena de orgullo. Como vivo en modo aprendizaje, casi nunca miro hacia atrás. Bueno, un día sí… un día me puse a contar las entrevistas que había realizado y al llegar a las diez mil, paré abrumada. Preguntar es más revolucionario que afirmar y ahora enseño a las personas a hacerlo. Y a liderar activando su curiosidad. Tú también puedes, créeme. ¿Te he contado que mi bebida favorita es el té?

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