La importancia de los estudios de los costes económicos de la violencia de género es que posibilitan la cuantificación de recursos económicos que se vierten las víctimas, las personas de su entorno, los agresores, las empresas, el sector privado, los diferentes niveles de la administración pública, la sociedad civil, y las generaciones futuras.
Aunque estos estudios también hacen posible estimar cuáles son las potenciales ganancias si tuviera lugar una disminución significativa de los niveles de violencia de género, resultan esenciales también para disminuir la aceptación social existente y mejorar el diseño de las políticas públicas que se van a destinar a su erradicación.
El Informe Inversion Fundamental explora cómo hacer frente a la violencia contra las mujeres y las niñas reduce la violencia a través del tiempo fomenta la paz y la estabilidad, y permite a las personas alcanzar su máximo potencial. Este tipo de violencia solo recibe el 0,5 % de la ayuda oficial al desarrollo y de financiación filantrópica. Sin embargo, de forma indirecta, todos los ciudadanos asumimos ese coste que supone al menos el 2% del PIB anual, es decir, una cifra global de 1.7 billones de dólares, dada su implicación en otros ámbitos. Pero, ¿por qué es fundamental invertir en hacer frente a la violencia contra las mujeres y las niñas?
1. Prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas
La Iniciativa Spotlight, la campaña de las Naciones Unidas con apoyo de la Unión Europea que tiene el compromiso de erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas antes de 2030, podría lograr que 21 millones menos de mujeres y niñas sufran violencia en 2025. Esta cifra equivale a la erradicación total de la violencia contra las mujeres y las niñas en hasta 18 de 26 de los países en su programación. Esta iniciativa sin precedentes, de carácter mundial y plurianual, ha contado con una inversión inicial de 500 millones de euros, con la Unión Europea como contribuidor principal.
2. Aumento del impacto de la inversión
Al trabajar al mismo tiempo sobre varios pilares (prevención, servicios y desarrollo de campos) y crear alianzas con las asociaciones de la sociedad civil, se espera que la Iniciativa Spotlight sea entre un 70 % y un 90 % más eficaz a la hora de reducir la prevalencia de la violencia, en comparación con un modelo que se centre únicamente en un pilar o trabaje de forma aislada.
3. Creación de condiciones para que más sobrevivientes busquen ayuda formal
En promedio, solo dos de cada cinco sobrevivientes de violencia son capaces de buscar cualquier tipo de apoyo formal. Mediante mejoras fundamentales, como la rendición de cuentas de los agresores y la oferta de mejores servicios a las sobrevivientes, la labor de la Iniciativa Spotlight ha conseguido que un 12 % más de sobrevivientes busquen ayuda todos los años.
4. Prevención de la muerte
La labor de la iniciativa para la prevención de la violencia para 21 millones de mujeres y niñas en 2025 podría salvar, por lo menos, la vida de 600 mujeres todos los años, o casi dos todos los días, en los 26 países a los que presta servicios. Además, se espera que, en 2030, la prevención de la violencia contra algunas mujeres embarazadas y madres evite que 500.000 mujeres sufran abortos espontáneos y reduzca las posibilidades de mortalidad neonatal e infantil, lo que salvaría las vidas de 140 000 niños y niñas.
5. Prevención del daño a la salud física, mental y al bienestar
La Iniciativa Spotlight podría mitigar el daño a la salud evitando la violencia contra las mujeres y las niñas y, además, podría reducir la morbilidad en las sobrevivientes. La prevención de la violencia para 21 millones de mujeres y niñas en 2025 podría dar lugar a 2.500 casos menos de atención médica de urgencia y 320 mujeres menos al día que sufran depresión.
6. Abordar los conflictos y la inestabilidad
Esto lo hacen reduciendo directamente la violencia contra una parte importante de la población e interviniendo de forma temprana para evitar el aumento de los comportamientos violento. La violencia contra las mujeres y las niñas afecta directamente a una parte importante de la población y se ha comprobado que en algunos casos, puede ser precursora de otros conflictos e inestabilidad.
7. Protección del derecho de las niñas a la educación y prevención de las interrupciones en la escolarización
La prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas conduce a menos abandonos escolares, mayores tasas de escolarización neta y mejor calidad de aprendizaje. Se espera que en 2025, la Iniciativa Spotlight haya ayudado a casi un millón de niñas a permanecer en la escuela. El efecto dominó podría contribuir a que otros cuatro millones de niñas de la próxima generación terminen la escuela.
8. Reducción de la pobreza de los hogares individuales al tiempo que se contribuye al crecimiento económico
La labor de prevención de esta iniciativa audaz y transformadora podría ayudar a reducir la pobreza de las mujeres y de los hogares al disminuir la carga de los ingresos no percibidos y de los costes relacionados con la violencia, que pueden ascender, aproximadamente, a un 30 % de los posibles ingresos anuales medios de una sobreviviente.
9. Cambio en las actitudes y creencias a favor de la igualdad
Al fomentar la expresión personal y sensibilizar sobre las normas de desigualdad de género, la Iniciativa Spotlight podría cambiar las actitudes y las creencias a favor de la equidad y la igualdad para casi 90 millones de niños y niñas de la próxima generación.
Los costes de la violencia de género equivalen al PIB de 100 países
Según el informe Imperative to Invest, la sociedad asume los costes de la violencia contra mujeres y niñas que, se calcula, ascienden a 1,7 billones de dólares a nivel global. Es decir, el equivalente al Producto Interior Bruto (PIB) de unos 100 países. El informe, realizado por Dalberg Advisors, presenta pruebas concluyentes de que los costes de la violencia contra mujeres y niñas son asumidos por todo el conjunto de la sociedad.
Otra de las conclusiones que refleja el informe es que una de cada tres mujeres mayores de 15 años ha sufrido violencia física o sexual y cada año se registran 50.000 casos de feminicidios en todo el mundo. Pese a ello, se trata de un problema que apenas está financiado, ya que solo recibe un 0,5 % de la ayuda oficial al desarrollo y de financiación filantrópica.
Los costes económicos de la violencia contra las mujeres y niñas que recaen sobre las personas y los países son numerosos y difíciles de calcular. Los niveles altos de violencia doméstica se traducen en un descenso del número de mujeres trabajadoras, reducen la adquisición de habilidades y educación por parte de las mujeres y resultan en una menor inversión pública. De hecho, la violencia le cuesta a una mujer el 30% de su salario, debido a una posible combinación de los costes directos de la violencia de género y de pérdida de oportunidades laborales.
Según un informe presentado por el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), la violencia machista le cuesta anualmente a España más de 30.000 millones de euros. Estima que la violencia de género le cuesta 366.000 millones de euros al año a la Unión Europea. "La vida, el dolor y el sufrimiento humano no tienen precio. Sin embargo, conocer el coste de la violencia puede ayudar a los países de la UE a canalizar el dinero hacia donde realmente se necesita y donde es más rentable", dijo el director de la EIGE, Carlien Scheele.
Según el informe Un empleo contra la violencia de la Fundación Adecco, casi tres de cada cuatro (el 74%) de las desempleadas víctimas de violencia de género prefiere no comunicar su situación en las entrevistas de trabajo, ya que temen que informar sobre ello disminuya sus oportunidades. "Las personas con discapacidad derivada de una lesión producida por un episodio de violencia de género se enfrentan a una doble barrera para acceder al mercado laboral, puesto que a día de hoy siguen existiendo una gran cantidad de prejuicios que evidencian que queda mucho por hacer para lograr la plena inclusión. Es labor de todos los agentes sociales -empresas, tejido asociativo y sociedad en general- fomentar espacios laborables seguros, evitando cualquier tipo de estigma, ya que el empleo sigue siendo un elemento clave para que las mujeres víctimas de violencia de género puedan salir adelante", destaca por su parte Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
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