Menuda moral la mía al escribir este post siendo intolerante a la lactosa y al gluten y privándome de las deliciosas tartas que lo protagonizan. Acabo de empezar y ya estoy salivando. Hace unas semanas alguien me invitó a conocer a Paula Babiano. "A ti que te gustan las historias de mujeres curiosas, deberías escucharla contar cómo alquilaba su casa en Airbnb y dormía en el coche para poder preparar las tartas que ahora vende como rosquillas". Me puse en marcha para contactar con ella y este es su relato.
Paula es la creadora de Balbisiana, la pastelería de moda que cuenta ya con varias tiendas físicas, además de un batallón de seguidores de Instagram a quien reconoce su lealtad en los momentos duros. Esos en los que trabajaba en un despacho de abogados durante el día y por la noche se encerraba en un obrador, al que tuvo que limpiar de okupas, a fin de hornear las tartas que repartía ella misma por los restaurantes que se convirtieron en sus primeros clientes. Esos en los que dormía en el coche de una amiga porque de alguna manera tenía que conseguir recursos y no se le ocurrió otra cosa que alquilar a 'ratos' su casa. Esos en los que la pandemia mandó todo al traste y Paula, entre susto o muerte, entre seguir o cerrar, optó por endulzarnos el confinamiento vendiendo sus tartas a través de la web.
Cuando creemos firmemente en algo y lo soñamos, la intuición se pone en acción para marcarnos el camino que nos acerca a ello, por muchas trabas que encontremos; entonces las certezas no procederán del exterior, serán atisbos de luz interior que nos reporten la confianza necesaria para el avance. Nadie nos asegurara que la decisión tomada sea la correcta y, aun así, la abrazaremos. Si bien el mandato de los sueños abre un terreno con más preguntas que respuestas, debemos rendirnos a él. Paula Babiano lo hizo, no sabe muy bien cómo, pero lo hizo.
La suya es una familia de abogados que deseaban verla ungida por la toga desde que tuvo uso de razón. Y todo se dirigía a su incardinación salvo que, si Paula se preguntaba dónde se sentía feliz, debía de reconocer que su espacio de plenitud no era un bufete, sino una cocina; parecida a aquella donde ayudaba al abuelo a preparar pestiños y la tarta de dulce de leche, una de sus favoritas. Por cierto, su gen del emprendimiento lo ha heredado de él, quien puso en marcha la primera gasolinera regentada solo por mujeres en la provincia de Cádiz.
No conozco ningún chef, repostero o repostera, que no se declare altamente curioso. Su obsesión por mezclar sabores y texturas es el ingrediente básico de sus recetas, el catalizador de cualquier proceso creativo, pues buena parte de ellas nacen al preguntarnos qué sucedería si tamizo, macero, cuezo, aso, encurto, horneo… un alimento que nunca antes se ha procesado de esa manera. La cocina es una poderosa alquimia. Incluso en Cádiz capital existe un restaurante que sublima la curiosidad en su nombre: La curiosidad de Mauro, del chef Mauro Barreiro, una visita muy recomendable, por cierto.
Las tartas de Paula se comen por los ojos. Son bellas, coloristas, llenas de flores y frutos, parecen un óleo para colgar en la pared mejor que presidir la mesa. Si regalas una, los devotos comensales la admirarán durante minutos sin atreverse a probarla, hasta que alguno la desacraliza hundiendo un dedo sobre ella. Lástima que esta 'intolerante' solo las haya saboreado de oídas.
¿Quieres recibir gratis todos los jueves en tu correo los mejores contenidos de belleza, moda y estilo de vida? Apúntate a nuestra Newsletter.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios