La rutina facial diaria perfecta para cuidar las pieles secas

Si quieres mejorar el aspecto de tu piel acude a un médico especialista que te recomiende el tratamiento adecuado.
Las pieles secas deben extremar sus cuidados en verano.
Filippo Fortis
Si quieres mejorar el aspecto de tu piel acude a un médico especialista que te recomiende el tratamiento adecuado.

Llega el verano y, para muchos, con él llega la sequedad en la piel. Las altas temperaturas y la falta de humedad en el ambiente propia de algunas zonas puede hacer empeorar el estado de nuestro cutis, potenciando síntomas como el picor o la sensación de tirantez

Para mantener la salud de nuestro rostro, es muy importante fijarse en qué tipo de piel tenemos y conocer qué rutina se adapta más a nuestras necesidades. Por ello, hemos hablado con la doctora Sara Gómez, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica, para que resuelva nuestras dudas y nos aconseje sobre cómo debemos cuidar una piel seca.

¿Cómo sabemos si nuestra piel es una piel seca?

El primer paso para encontrar la rutina perfecta es saber identificar el estado y naturaleza de nuestro cutis. "La piel seca corresponde a la aparición en casi cualquier localización del cuerpo de sequedad, descamación, picor y rugosidades", explica la doctora Gómez. Aunque es una afección muy frecuente y benigna, en los peores casos puede llegar a afectar la calidad de vida de muchas personas.

La piel seca tiene tendencia a la irritación y descamación
La piel seca tiene tendencia a la irritación y descamación
Getty Images/iStockphoto

¿Cuáles pueden ser las causas?

Las causas de una piel deshidratada son muy variadas. Algunas podemos controlarlas, mientras que otras no dependen de nosotras. "Los ambientes fríos y secos, el daño solar, el uso de limpiadores agresivos o en excesiva frecuencia o cantidad, son algunas de las posibles causas de la piel seca", nos explica Sara Gómez. Es por ello que, en estos meses de calor, aquellas que residan en lugares con un ambiente seco puedan sufrir los síntomas de una piel deshidratada con más frecuencia e intensidad.

¿Qué productos debemos evitar?

Nuestra rutina de limpieza y cuidado de la piel puede ayudarnos a prevenir y tratar una piel seca pero, si hacemos un mal uso de los productos, puede llegar a empeorar. El lavado excesivo de la piel puede conducir, a largo plazo, a una deshidratación de la piel, especialmente cuando utilizamos un jabón clásico y no uno especial para nuestro tipo de rostro. Sara advierte de que "el uso de esponjas o guantes para la limpieza de la piel puede empeorar la sequedad cutánea de algunos pacientes".

El uso de esponjas puede llegar a ser demasiado agresivo para una piel sensible o deshidratada
El uso de esponjas puede llegar a ser demasiado agresivo para una piel sensible o deshidratada
Getty Images/iStockphoto

Además, hay algunos productos en concreto que, aunque recomendados para pieles grasas o mixtas, pueden llegar a ser incluso peligrosos cuando la nuestra es más seca. "En zonas como la facial, cuello y escote, donde usamos con mayor frecuencia principios activos transformadores (retinol, ácidos...) debemos tener especial cuidado en las pieles secas o agredidas, ya que la tolerancia a éstos suele ser peor y existe el riesgo de desarrollar dermatitis irritativa".

La rutina perfecta para cuidar una piel deshidratada

Encontrar la fórmula perfecta para proteger y mantener una tez hidratada puede llegar a ser un trabajo complicado. Para resolver nuestras dudas, la doctora nos ha explicado cómo debería ser la rutina de cuidados de una piel de este tipo. Sus consejos demuestran que un cuidado saludable pero rápido y sin productos de lujo también es posible. 

A nivel general, debemos utilizar limpiadores respetuosos, preferentemente tipo 'syndets', detergentes sintéticos ('synthetic detergents'), que tienen un pH parecido al de la piel, por lo que evitan la alteración de la barrera protectora de la piel. Además la dermatóloga recomienda no exceder más de 2 lavados diarios (excepto en las manos, que por otro lado es una zona más resistente).

En la región facial, debemos hidratar todas las noches la piel, y en función de nuestras necesidades (edad, daño solar, presencia de acné rosácea, arrugas..) podemos seleccionar con la ayuda de nuestro dermatólogo los principios activos más adecuados, siempre iniciándose progresivamente y subiendo la frecuencia según la tolerancia. También es de gran importancia mantener una piel limpia, eliminando el maquillaje suavemente para evitar que la piel se vuelva aún más frágil.

Durante el día, bastaría con aplicar un fotoprotector con un grado de hidratación adecuado a la piel de cada persona; en tal caso, no sería necesario añadir hidratación extra.

En el cuerpo, debemos aplicar tras la ducha crema hidratante que nos resulte agradable para asegurar el cumplimiento, y evitar siempre aceites esenciales y perfumes, que son potencialmente alergénicos especialmente en las pieles secas o con tendencia a eccemas. 

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