Ferrari ha desvelado el KC23, el último de sus modelos One-Off fruto de su programa Special Projects. Este programa tiene como objetivo la creación de coches Ferrari únicos, pues sólo se fabrica una unidad, por eso se denominan One-Off, y se caracterizan por un diseño exclusivo desarrollado a partir de los deseos de cada cliente, quien se convierte así en propietario de un modelo del que no existirá otro igual. Cada uno de los proyectos se desarrolla en conjunto junto al equipo de diseñadores del Centro Stile Ferrari y dura aproximadamente dos años. Durante estos dos años, el cliente participa en todas las fases de desarrollo y verificación del diseño, dando como resultado un Ferrari único, pero construido bajo los cánones de excelencia en cuanto a producción que caracterizan a todos los vehículos de Maranello.
Este KC23 aporta una visión extrema de un coche de carreras futurista con ruedas cubiertas, reinterpretando a su vez, las líneas del 488 GT3, el coche de carreras más laureado en los 76 años de historia de Maranello. Así, el KC23 se basa en el 488 GT3 Evo 2020, del que hereda el diseño, el chasis y el motor. Además, dada la naturaleza extrema de su motor, chasis y configuración dinámica, el KC23 está diseñado únicamente para un uso competitivo en pista, con una particularidad que lo define por completo, y es su configuración dual. Mientras que el vehículo se encuentre estacionado, las formas puras, elegantes y sinuosas lucen de maravilla en su carrocería, pero cuando sale a pista, el KC23 revela unas tomas de aire salientes de apertura automática y un imponente alerón trasero de enormes proporciones.
Un aspecto que varía en función de lo que hagamos
Con esta personalidad dual se ha buscado ocultar algunas de las funciones técnicas del coche, en particular las tomas de aire laterales, haciendo que se abran de manera automática cuando se enciende el motor V8 biturbo de alrededor de 600 CV que esconde en su parte central trasera. Asimismo, el alerón posterior también es desmontable, contribuyendo, una vez más, a lograr una máxima limpieza de las superficies con el motor apagado.
Otros de los elementos a destacar de su exterior son las puertas de apertura vertical de un solo brazo, que las hereda del LaFerrari, los grupos ópticos de la parte delantera, los pilotos traseros de lamas de metacrilato o las ventanillas del coche, sin juntas para crear un efecto cúpula. También es llamativo su color Gold Mercury, una pintura de cuatro capas especialmente desarrollada con base de aluminio. El metal líquido que contiene la hace muy brillante y permite que cambie de tonalidad en función del ángulo y del tipo de luz que incida sobre ella.
Como curiosidad, el coche está equipado con dos juegos de llantas. Unas tienen una medida de 18 pulgadas y han sido pensadas para cuando el KC23 esté en pistas alrededor de todo el mundo. Por otro lado tenemos unas de 21 pulgadas para la zona delantera y de 22 para la trasera, que harán que el diseño luzca mucho más cuando no se precisen de las prestaciones máximas, es decir, cuando el vehículo se encuentre en su configuración estática.
En su interior Ferrari ha querido mantenerse lo más minimalista posible, similar al 488 GT3 Evo 2020, a excepción de los paneles de las puertas y el guarnecido del salpicadero del lado del pasajero. Los asientos también son específicos y están tapizados en Alcantara con el logotipo electrosoldado.
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