Aunque la información disponible es poco concluyente, el episodio de hoy en el que se ha visto envuelto Vladimir Putin podría haber tenido peores consecuencias de no haber contado con su vehículo presidencial, una versión larga o limusina del Aurus Senat.
Este coche nace del Instituto Ruso de Estudios sobre el Automóvil y tiene como referente, y no esconde su parecido, al Rolls-Royce Phantom.
Obviamente, dado el uso para el que está destinado, no es un modelo cualquiera. Según la BBC, forma parte del proyecto “Kortezh” que configura toda la caravana de seguridad del presidente. Y aunque hay más vehículos, el Aurus Senat tiene lógicamente el principal protagonismo.
La limusina presidencial tiene una longitud de 6,63 metros, pero la versión estándar del Senat mide 5,63 metros. Al igual que sucede con “la bestia”, el coche presidencial de Estados Unidos, el Aurus se ha construido artesanalmente y cuenta con un blindaje especial, incluyendo lunas antibala y protectores a prueba de bomba en los bajos, a lo que se unen neumáticos antipinchazo para que sus ocupantes puedan huir de situaciones peligrosas. Asimismo, cuenta con inhibidores de dispositivos electrónicos y sistema antihackeo.
El peso aproximado de este vehículo, que se estrenó con la cuarta renovación del cargo como presidente de Putin en 2018, está en torno a las 6,5 toneladas, por lo que necesita de un motor solvente, en este caso un V8 de 4,4 litros que desarrolla cerca de 600 caballos de potencia.
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