Los peligros de la calima para tu coche y la conducción: daños en la carrocería y riesgo de accidentes

Calima en las calles de Madrid
Calima en las calles de Madrid
Jorge París
Calima en las calles de Madrid

España se ha despertado estos días en alerta por la llegada de la calima, una nube de polvo y arena en suspensión que pone en peligro la vida cotidiana y que se caracteriza por tener un color rojizo que tiñe las ciudades como si se vieran a través de un filtro sepia. Esta nube de partículas llega desde el Sáhara y lo impregna todo, desde la ropa hasta las calles, los edificios y, cómo no, los coches. 

Los vehículos, da igual en circulación o aparcados, han quedado cubiertos estos días de un manto de arena rojiza que puede perjudicar gravemente el estado de la carrocería. El polvo y la arena pueden estropear la pintura y, al tratar de quitarlos, se pueden producir arañazos y rayones (cabe recordar que las reparaciones de chapa y pinturas son económicamente muy costosas).

Limpieza del coche

Lo primero que hay que hacer entonces es, en cuanto pase este fenómeno meteorológico, retirar toda la arena y el polvo que se haya podido posar sobre el vehículo. Dejarlo sin limpiar implica correr el riesgo de que se acabe convirtiendo en barro, se seque sobre la pintura y la acabe deteriorando. 

Hay que soplar (si se puede) o retirar con agua toda la suciedad sin frotar empezando por la parte superior del coche y bajando hacia los bajos. Cuando la mayoría de la arena esté retirada, se puede pasar un trapo muy suave sobre la suciedad más persistente, teniendo cuidado de no rayar el vehículo. 

Respecto a la limpieza, basta con seguir estos pasos. También será mucho mejor si conseguimos aparcar el coche o, sobre todo, la moto en un garaje cubierto, para minimizar los efectos de la calima. Pero, ¿y a la hora de conducir? ¿Cómo afecta la calima a la seguridad vial?

Baja visibilidad: consejos para conducir con calima

Este fenómeno meteorológico, como cualquier otro al estilo de la niebla, la lluvia, etc., merma la seguridad vial al empeorar las condiciones de conducción. La calima dificulta gravemente la visibilidad mientras se está al volante, por lo que las probabilidades de sufrir un accidente de tráfico aumentan. 

Para enfrentarse a la calima en carretera y ciudad y salir airoso, hay tres grandes consejos a seguir. El primero es encender las luces, aunque sea de día. Eso sí, han de ser las luces de cruce, ya que de lo contrario estas reflejaran contra el polvo y su función será inútil, como sucede con las luces largas y la niebla. 

Otro paso fundamental es reducir la velocidad. En condiciones de baja o escasa visibilidad, levantar el pie del acelerador puede ayudar a dar más margen de reacción en caso de imprevisto o susto al volante. 

Y, por último, hay que circular siempre con las ventanillas subidas y bien cerradas. Igualmente, el botón para la recirculación del aire del exterior debe estar desactivado. En el caso de que el polvo entrara en el habitáculo del coche, el conductor podría sufrir picor de ojos y problemas para respirar, lo que interferiría con una conducción segura.

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