La mayoría de viajeros ha soñado alguna vez con visitar el exótico Egipto y por supuesto conocer sus mundialmente famosas Pirámides de Guiza. Esta enorme necrópolis se construyó aproximadamente entre los años 2550 y 2490 a.C. y la forman las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos, así como otras menores.
Durante el reinado de Ramsés II (1279-1213 a.C), se levantó en Nubia el increíble complejo de Abu Simbel, un conjunto de templos entre los que destaca el Templo de Ramsés II, con una preciosa fachada con cuatro estatuas de 20 metros de altura talladas directamente sobre la roca.
La arquitectura de Lalibela es simplemente espectacular. En esta pequeña localidad etiope encontraremos verdaderas joyas escondidas en la tierra: una serie de iglesias monolíticas de los siglos XII y XIII, así como monolitos subterráneos tallados en roca, como Bete Medhane Alem y Bete Giyorgis.
El Monte Kilimanjaro es uno de los paisajes más emblemáticos no solo de Tanzania, sino de toda África. Esta imponente montaña de 5.895 metros de altura destaca por su cumbre nevada y por ser el escenario perfecto para hacer deportes de aventura y senderismo.
iStockCon sus 20 kilómetros de diámetro se abre el impactante Cráter de Ngorongoro, un antiguo volcán que con el paso de los siglos se ha convertido en una gran zona de conservación donde podremos observar a los Cinco Grandes (león, elefante, búfalo, leopardo y rinoceronte), así como cebras, antílopes y ñus.
Getty Images/iStockphotoLas Cataratas Victoria son una visita obligatoria al menos una vez en la vida. Estas enormes cascadas de 1,7 km de ancho y 108 metros de alto y dejan caer con gran estruendo y espectacularidad las aguas del río Zambeze.
Gran Zimbabue era el nombre de la antigua capital del reino de Monomotapa, muy importante entre los siglos XI y XVI al ser una gran potencia comercial con Asia y otras zonas de África. A día de hoy solo quedan los restos de esa ciudad, pero visitarlos merece totalmente la pena.
Un pueblo fantasma comido por la arena, así podría describirse Kolmanskop. Esta localidad abandonada se ha convertido en un curioso destino turístico gracias a sus paisajes de casas engullidas por el desierto.
La Reserva Natural Integral de Tsingy de Bemaraha es un descomunal bosque de piedra (el más grande de todo el mundo) que se extiende a lo largo de 600 kilómetros cuadrados en la zona oeste de Madagascar. Aquí, en vez de árboles, tenemos estrechos pináculos de piedra asentados en un suelo lleno de vegetación.
Pierre-Yves Babelon / iStockEl Delta del Okavango es una auténtica maravilla natural, de hecho no desemboca en el mar, sino que el río Okavango se pierde en el desierto del Kalahari. En este espacio que se extiende como un oasis de vegetación rodeado de un árido paisaje, encontraremos una enorme variedad de fauna y flora, incluyendo especies en peligro de extinción.