Es necesario proteger la piel de los rayos del sol para evitar quemarse. En este sentido, deberás elegir el factor de protección que más se adapte a ti.
Pixabay/AdoreBeautyNZTu organismo necesita un tiempo de adaptación, por lo que no pases horas y horas recibiendo los rayos si no quieres quemarte. Vete aumentando paulatinamente el tiempo de exposición.
Pixabay/StockSnapAunque quieras aprovechar cada momento bajo el sol, debes alternarlo con periodos a la sombra para que tu salud no sufra.
Pixabay/wal_172619Durante la exposición al sol es muy importante que los niveles de agua no bajen, por lo que es necesario beber agua y mantenerse hidratado este tiempo.
Pixabay/wunyAunque proteger la piel es fundamental, no se puede olvidar tampoco cubrir la cabeza con gorras y sombreros. Y es que la exposición continuada puede ser muy dañina para el cuerpo.
Pixabay/pasja1000Puede que las nubes estén en el cielo, pero te puedes quemar igual. El sol y la brisa seguirán haciendo su función, por lo que sigue usando protección.
Pixabay/dimitrisvetsikasPueden provocar alergias o manchas en la piel, ya que contienen alcohol, por lo que no son recomendables antes de tomar el sol.
Pixabay/DaModernDaVinciSi estás en una playa o piscina, lo mejor será que te bañes cada cierto tiempo con el objetivo de reducir la temperatura corporal.
Pixabay/moorpheusPese a llevar protección es mejor no exponerse en las horas centrales del día porque los rayos son muy fuertes.
Pixabay/JillWellingtonNo les prestamos tanta atención, pero una exposición prolongada no es buena, por lo que hay que protegerlos con gafas de sol y con gorras o sombreros.
Pixabay/PexelsNormalmente, acumulamos los protectores solares de un año para otro y no nos fijamos en su caducidad. La mayoría caducan a los 12 meses de abrirlos, por lo que hay que estar pendientes de la fecha y renovarlos periódicamente.
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