¿Hay algo más vergonzoso que alguien se encuentre tus calzoncillos sucios en el baño? Sí, que ese alguien sea tu suegro, con el que acabas de compartir la típica comilona familiar de los domingos. Y, encima, para intentar salir airoso de la situación, no se te ocurre mejor idea que tratar de encasquetar el muerto a tu vecino... Javier Gutiérrez va a aprender de sobra lo que es pasar vergüenza en la serie de Movistar: ya está disponible la primera temporada completa.
Los hermanos Farrelly se las hicieron pasar canutas a Ben Stiller. Si con el pelucón y la caña de pescar enganchada en la boca no fuera suficiente, el pobre Ted Stroehmann se pilló sus partes íntimas con la cremallera del pantalón en una de las escenas más bochornosas jamás recordadas en la historia del cine. Añadámosle a esta incómoda situación el hecho de que la gente no parara de entrar al baño para reírse del percance.
Nunca ningún telespectador podrá olvidar la despedida de soltera de Phoebe. Danny DeVito protagonizó uno de los cameos más recordados de la longeva Friends, para el que tuvo que meterse en la piel del stripper Roy, disfrazarse de policía y bailar hasta lesionarse en un descacharrante ir y venir de movimientos imposibles. No, no era lo que Phoebe se esperaba, pero terminó convirtiéndose en el alma de la fiesta.
Cary Grant tuvo que aprender la lección de no dejarse engatusar por Katharine Hepburn a las malas. Susan Vance terminó alejándole de su brontosaurio, de esa secretaria con la que planeaba casarse y, lo peor, de su ropa. ¿Qué pasa cuando todas tus prendas están en la tintorería? Pues que te ves obligado a vestirte con una vaporosa bata de satén. La explicación de Cary (todo un órdago a la censura de la época): "I just went gay all of a sudden!".
Antes de ponerse serio en la piel de Walter White (Breaking Bad), Bryan Cranston desplegó todo su arte en patines al son de Funky Town en Malcolm in the Middle. Hal, el patriarca al que dio vida durante siete años, se calzó las ruedas para enseñar a Malcolm a patinar y, aunque sus métodos sacaron los colores a su retoño, la audiencia vivió otro de los momentos más divertidos de la pequeña pantalla.
¿Pensabas que lo de la braga-faja era el no va más de la vergüenza ajena? Ni por asomo: la soltera de oro de la gran pantalla sabe lo que es protagonizar algunos de los momentos más bochornosos de la historia del cine. Uno de los más recordados es el de aquella reunión de Navidad a la que Bridget acudía vestida de conejita pensando que se trataba de una fiesta de disfraces. Menos mal que tampoco avisaron a su padre del cambio de planes y nuestra protagonista no fue el único hazmerreír entre los comensales.
Como actor, David Bowie solía dar una de cal y otra de arena, pero cuando hacía cameos interpretándose a sí mismo no tenía rival. Prueba de ello son sus intervenciones en filmes como Zoolander o School Rock Band. Sin embargo, una de sus actuaciones más recordadas llegó de la mano de Ricky Gervais, quien lo invitó a unirse a un episodio de Extras. Todo para que el cantante terminara ridiculizándolo al piano al son de la pegadiza “Chubby little loser…”.
Otro que ha sido carne de escenas sonrojantes es Woody Allen. En Bananas, el actor y director se metía en la piel de un catador de productos abandonado por su novia que vivía una vergonzosa escena en una tienda de revistas. Nuestro protagonista intentaba comprar una porno con disimulo; es decir, escondiéndola entre otras publicaciones políticamente correctas. Sin embargo, el vendedor lo ridiculizaba frente a todos los presentes al preguntar a voz en grito cuánto costaba el número de Orgasmo. Por si no bastase con esto, Allen protagonizaba acto seguido un humillante encuentro un chico muy prometedor (y cachas) llamado Sylvester Stallone.
Ten cuidado con lo que deseas, porque a veces se puede cumplir. Y si no, que se lo pregunten al pobre Sheldon Cooper (Jim Parsons). El físico más egocéntrico de Big Bang conseguía reunirse con su admirado Stephen Hawking solo para que este le diera donde más le dolía: en sus cálculos. Y es que Hawking descubría un error aritmético en los trabajos de investigación de Sheldon, que terminaba por desmayarse.
Saga irreverente donde las haya, American Pie hizo de las situaciones más vergonzosas que pudiésemos imaginar, sus mejores aliadas en taquilla. Uno de los momentos "Tierra, trágame" de la primera de las películas nos mostraba a Jim (Jason Biggs) en pleno acto sexual con la tarta de manzana hecha por su madre. Y para colmo de males, sus padres lo pillaban in fraganti en plena faena.