La estampa de Dani Rovira en este cartel de 'El futuro ya no es lo que era' (sin olvidarnos de la composición, con ese focazo, con ese hombre en miniatura y con esas caritas del reparto) queda confinada en las mazmorras del cartelismo cinematográfico en España.
De acuerdo, tienes a Carmen Machi en tu película y quieres aprovecharla. Pero, ¿de verdad sacarla de esa guisa, entre cúmulos, estratocúmulos y cirros, va a llevar a gente a ver la película? Cuando la sencillez se vuelve en tu contra.
Los árboles SÍ nos dejan ver el bosque, por fin. El bosque y a Blanca Portillo en otro "homenaje" de aquel cartel de Sandra Bullock en 'Premonition' (que ya era de por sí una versión de otros pósters anteriores).
La línea (¿hemos dicho "fina"?) que separa el homenaje del plagio. Rota, quebrada, descoyuntada por varios sitios, entre estos comensales de picnic vital y el Pinot noir revelador de 'Entre copas'.
La cara de susto de José Luis García Pérez es su reacción al ver el póster de la película. ¿O acaso fue al leer destacada la opinión (buena) de la peli y de su trabajo en CINEMANÍA?
¿Tan difícil es organizar una sesión de fotos con los actores –actorazos– para el cartel de la película? ¿De verdad se puede hacer un cartel de cine con cualquier material improvisado pillado deprisa y corriendo? ¿Se pueden ensamblar tres imágenes de diferentes texturas, focos y planos? NO a todo.
Podía haberse titulado 'A oscuras', que es lo que nos cuenta el póster de 'Callback'. Y porque no puede verse bien, abajo, el perfil de la ciudad recortada en negro sobre el fondo de sus propias luces. Casi mejor.
El rostro de Maribel Verdú lo aguanta casi todo. Pero ese efecto photoshopero en cuadrícula sobre la imagen, eso ya sí que no.
El diseño por acumulación que ya vimos en el póster de 'Que se mueran los feos' triunfa de nuevo. No importa que cada imagen sea de su padre y de su madre, y que el sol esté a la derecha y las sombras vayan a su aire. En verdad estamos reinventando el collage. La olla podrida del cartelismo.
La acumulación de caras y actores, con la fotografía igualada digitalmente y las proporciones estudiadas. El cartel inane por excelencia. El aburrimiento. Si se ríen, es comedia. Si están serios, drama. Y si llevan pistola, una de acción. ¿Cómo interpretamos la espada de Fele Martínez?