Ya fuese perseguido por una roca gigante, en su hilarante (y breve) escena de lucha enfrentándose a un espadachín, o atrapado en una cueva entre millares de repulsivas serpientes. Fuera por esto y más, y por todo lo que vendría en 'El templo maldito' (1984) o 'La última cruzada' (1989), en la que su padre (Sean Connery) nos revelaba su auténtico nombre, 'Indy' se hizo único e imprescindible.
En las películas de 'Star Wars' le recordamos blaster en mano y con su chaqueta y aspecto de cowboy, por sus puyas y amistad con Luke, y por sus roces románticos con la princesa Leia, que acabarían desembocando en algo más. Su regreso en 'El despertar de la fuerza' fue de lo mejor de la película de J.J. Abrams. “Chewie. Estamos en casa” decía a su vuelta al Halcón Milenario. Y con él millones de fans compartimos su sensación.
Y aún nos esperaba mucho más. Rick Deckard, expolicía de Los Angeles reconvertido en implacable cazador de replicantes en ese futuro distópico habitado por humanos y androides, producto de la ingeniería biológica, que nos deparaba 'Blade Runner' de 1982 y dirigida por Ridley Scott.
Un requisito fue indispensable para que Ford aceptase el papel de esta película: que no le cortasen el pelo. George Lucas (con el que posteriormente trabajaría en 'Star Wars') decidía hacer uso de un sombrero para evitar conflictos. Este suponía el pimer gran papel del norteamericano, quien quería dejar atrás su vida atrás como carpintero y se convertía en macarrilla que recorría el verano californiano sobre cuatro ruedas.
Ford también tuvo el honor de formar parte de una de las consideradas mejores películas bélicas de la historia, basada en la novela de Joseph Conrad 'El corazón de las tinieblas'. Francis Ford Coppola confiaba en el actor para el breve rol del coronel Lucas (sí, va por el amiguete George), uno de los oficiales de inteligencia que planean la operación contra el coronel Kurtz (Marlon Brando).
En la adaptación de la célebre serie de los 60, 'El fugitivo' (1992), Ford era injustamente acusado del asesinato de su esposa e implacablemente perseguido por un agente de la ley (Tommy Lee Jones), un auténtico perro de presa que acabaría protagonizando el spin-off 'US Marshalls'.
Es hora de volver a la acción. En 'Juego de patriotas' (1992) y 'Peligro inminente' (1994) interpretó a Jack Ryan, el analista de la CIA creado por el novelista Tom Clancy.
Tal vez su personaje del abogado Henry Turner en 'A propósito de Henry' (1991) sea uno de los más blandos. Pero es igualmente memorable. Egoísta y sin escrúpulos en su trabajo, distante como padre de familia. Todo cambiaría después de recibir unos disparos que le dejarían amnésico.
En 'Único testigo' (1985) otro gran director, el australiano Peter Weir, le puso en la piel del inspector de policía encargado de custodiar al hijo de una joven viuda (Kelly McGillis), algo que le obligará a infiltrarse en una comunidad amish entre cuyos vecinos está un Viggo Mortensen jovencísimo. Además, le proporcionó su única nominación al Oscar.
texto de carles rullCon tanto personaje popular e icónico ya solo le faltaba interpretar al mismo presidente de los Estados Unidos, y la oportunidad le llegó con 'Air Force One' (1997). A bordo del avión presidencial, con su familia y él mismo en peligro después de que fuera secuestrado por unos mercenarios (comandados por el personaje de Gary Oldman).