La curiosa historia de por qué se empezó a trinchar el cochinillo con un plato

  • ¿De dónde viene la tradición segoviana de cortar el cochinillo con un plato y acto seguido romperlo?
  • A día de hoy es una señal de calidad, ya que esto indica que la piel está crujiente y la carne tierna. 
  • La receta del día: cochinillo asado
Cochinillo asado.
Cochinillo asado.
Facebook / Mesón de Cándido
Cochinillo asado.

Queremos creer que si has viajado en alguna ocasión a Segovia, además de darte una vuelta y contemplar el imponente acueducto, te has puesto fino a cochinillo. El lechón segoviano es todo un emblema de la esta provincia castellana, que acompañado con un buen vino, es todo un manjar. 

No nos cabe duda que en tu visita a Segovia te habrás quedado sin palabras con el sabor de este manjar de la tierra, pero seguro que también con la manera de partirlo. 

La verdad es que la forma que tienen de trinchar el cochinillo en Segovia no pasa desapercibida. ¿Para qué vas a utilizar un cuchillo y después tener que fregarlo luego teniendo un plato a mano y romperlo después? Lo normal, vamos. 

Es toda una tradición en esta tierra servir el cochinillo en una fuente y, con el canto de un plato cortar las porciones. Pero no queda ahí la cosa, sino que seguidamente el plato es lanzado al suelo para romperlo. Y ahí da comienzo el festín de lechón. 

Un apuro convertido en tradición

Existen varias versiones del origen de esta tradición tan emblemática en Segovia, pero todas atribuyen este invento a Cándido, el mítico asador segoviano cuyo restaurante estaba a los pies del acueducto. 

Una de las versiones asegura que en una ocasión cuando es hostelero iba a cortar el cochinillo para servir a sus clientes se dio cuenta de que no tenía ningún cuchillo cerca, y por no parecer poco profesional, decidió coger un plato y utilizar el canto para partir la jugosa carne del lechón. 

La otra versión sobre el origen de esta tradición relata que, en esa tesitura, fue uno de los camareros quien retó al dueño del restaurante a cortar la carne con un plato, y este accedió ni corto ni perezoso. Pero después de realizar lo que con los años se convertiría en un ritual, a Cándido se le escurrió el plato de las manos y terminó rompiéndose en el suelo. "Hemos rematado la faena"- exclamó el hostelero, sin saber que en ese momento acababa de terminar de completar el ritual. 

La señal de la buena calidad

Lo que comenzó como una solución improvisada en un momento de apuro terminó por convertirse en todo un ritual con el paso de los años y un sinónimo de tener delante de los ojos un cochinillo en su punto. 

Si el lechón se puede partir con el canto del plato quiere decir dos cosas: que la piel está tan crujiente que con el golpe seco de un plato se puede partir y que la carne está tan tierna y tan jugosa que no se necesita el filo o la sierra de un cuchillo. Con un simple plato puedes separar los pedazos de la carne. 

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